5
Nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, de los pepinos, de los melones, los puerros, las cebollas y los ajos;
6
pero ahora no tenemos apetito. Nada hay para nuestros ojos excepto este maná.
7
Y el maná era como una semilla de cilantro, y su aspecto como el del bedelio.
8
El pueblo iba, lo recogía y lo molía entre dos piedras de molino, o lo machacaba en el mortero, y lo hervía en el caldero y hacía tortas con él; y tenía el sabor de tortas cocidas con aceite.
9
Cuando el rocío caía en el campamento por la noche, con él caía el maná.