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Salmos 16; Salmos 17; Hechos 20:1-16
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Salmos 16
1
GUARDAME, oh Dios, porque en ti he confiado.
2
Dijiste, oh alma mía, á Jehová: Tú eres el Señor: Mi bien á ti no aprovecha;
3
Sino á los santos que están en la tierra, Y á los íntegros: toda mi afición en ellos.
4
Multiplicaránse los dolores de aquellos que sirven diligentes á otro dios: No ofreceré yo sus libaciones de sangre, Ni en mis labios tomaré sus nombres.
5
Jehová es la porción de mi parte y de mi copa; Tú sustentarás mi suerte.
6
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado.
7
Bendeciré á Jehová que me aconseja: Aun en las noches me enseñan mis riñones.
8
A Jehová he puesto siempre delante de mí: Porque está á mi diestra no seré conmovido.
9
Alegróse por tanto mi corazón, y se gozó mi gloria: También mi carne reposará segura.
10
Porque no dejarás mi alma en el sepulcro; Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
11
Me mostrarás la senda de la vida: Hartura de alegrías hay con tu rostro; Deleites en tu diestra para siempre.
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Salmos 17
1
OYE, oh Jehová, justicia; está atento á mi clamor; Escucha mi oración hecha sin labios de engaño.
2
De delante de tu rostro salga mi juicio; Vean tus ojos la rectitud.
3
Tú has probado mi corazón, hasme visitado de noche; Me has apurado, y nada inicuo hallaste: Heme propuesto que mi boca no ha de propasarse.
4
Para las obras humanas, por la palabra de tus labios Yo me he guardado de las vías del destructor.
5
Sustenta mis pasos en tus caminos, Porque mis pies no resbalen.
6
Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios: Inclina á mí tu oído, escucha mi palabra.
7
Muestra tus estupendas misericordias, tú que salvas á los que en ti confían. De los que se levantan contra tu diestra.
8
Guárdame como lo negro de la niñeta del ojo, Escóndeme con la sombra de tus alas,
9
De delante de los malos que me oprimen, De mis enemigos que me cercan por la vida.
10
Cerrados están con su grosura; Con su boca hablan soberbiamente.
11
Nuestros pasos nos han cercado ahora: Puestos tienen sus ojos para echar nos por tierra.
12
Parecen al león que desea hacer presa, Y al leoncillo que está escondido.
13
Levántate, oh Jehová; Prevén su encuentro, póstrale: Libra mi alma del malo con tu espada;
14
De los hombres con tu mano, oh Jehová, De los hombres de mundo, cuya parte es en esta vida, Y cuyo vientre hinches de tu tesoro: Hartan sus hijos, Y dejan el resto á sus chiquitos.
15
Yo en justicia veré tu rostro: Seré saciado cuando despertare á tu semejanza.
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Hechos 20:1-16
1
Y DESPUÉS que cesó el alboroto, llamando Pablo á los discípulos habiéndoles exhortado y abrazado, se despidió, y partió para ir á Macedonia.
2
Y andado que hubo aquellas partes, y exhortádoles con abundancia de palabra, vino á Grecia.
3
Y después de haber estado allí tres meses, y habiendo de navegar á Siria, le fueron puestas asechanzas por los Judíos; y así tomó consejo de volverse por Macedonia.
4
Y le acompañaron hasta Asia Sopater Bereense, y los Tesalonicenses, Aristarco y Segundo; y Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tychîco y Trófimo.
5
Estos yendo delante, nos esperaron en Troas.
6
Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos y vinimos á ellos á Troas en cinco días, donde estuvimos siete días.
7
Y el día primero de la semana, juntos los discípulos á partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de partir al día siguiente: y alargó el discurso hasta la media noche.
8
Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban juntos.
9
Y un mancebo llamado Eutichô que estaba sentado en la ventana, tomado de un sueño profundo, como Pablo disputaba largamente, postrado del sueño cayó del tercer piso abajo, y fué alzado muerto.
10
Entonces descendió Pablo, y derribóse sobre él, y abrazándole, dijo: No os alborotéis, que su alma está en él.
11
Después subiendo, y partiendo el pan, y gustando, habló largamente hasta el alba, y así partió.
12
Y llevaron al mozo vivo, y fueron consolados no poco.
13
Y nosotros subiendo en el navío, navegamos á Assón, para recibir de allí á Pablo; pues así había determinado que debía él ir por tierra.
14
Y como se juntó con nosotros en Assón, tomándole vinimos á Mitilene.
15
Y navegamos de allí, al día siguiente llegamos delante de Chîo, y al otro día tomamos puerto en Samo: y habiendo reposado en Trogilio, al día siguiente llegamos á Mileto.
16
Porque Pablo se había propuesto pasar adelante de Efeso, por no deternerse en Asia: porque se apresuraba por hacer el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalem.
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