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Mateo 15:29-39; Mateo 16:1-12
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Mateo 15:29-39
29
Salió Jesús de allí y llegó a orillas del mar de Galilea. Luego subió a la montaña y se sentó.
30
Se le acercaron grandes multitudes que llevaban cojos, ciegos, lisiados, mudos y muchos enfermos más, y los pusieron a sus pies; y él los sanó.
31
La gente se asombraba al ver a los mudos hablar, a los lisiados recobrar la salud, a los cojos andar y a los ciegos ver. Y alababan al Dios de Israel.
32
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:—Siento compasión de esta gente porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. No quiero despedirlos sin comer, no sea que se desmayen por el camino.
33
Los discípulos objetaron:—¿Dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado suficiente pan para dar de comer a toda esta multitud?
34
—¿Cuántos panes tienen? —les preguntó Jesús.—Siete, y unos pocos pescaditos.
35
Luego mandó que la gente se sentara en el suelo.
36
Tomando los siete panes y los pescados, dio gracias, los partió y se los fue dando a los discípulos. Estos, a su vez, los distribuyeron a la gente.
37
Todos comieron hasta quedar satisfechos. Después los discípulos recogieron siete cestas llenas de pedazos que sobraron.
38
Los que comieron eran cuatro mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.
39
Después de despedir a la gente, subió Jesús a la barca y se fue a la región de Magadán.
La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI®
Copyright © 1999 by Biblica, Inc.®
Used by permission. All rights reserved worldwide.
Mateo 16:1-12
1
Los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús y, para ponerlo a prueba, le pidieron que les mostrara una señal del cielo.
2
Él les contestó: «Al atardecer, ustedes dicen que hará buen tiempo porque el cielo está rojizo,
3
y por la mañana, que habrá tempestad porque el cielo está nublado y amenazante. Ustedes saben discernir el aspecto del cielo, pero no las señales de los tiempos.
4
Esta generación malvada y adúltera busca una señal milagrosa, pero no se le dará más señal que la de Jonás». Entonces Jesús los dejó y se fue.
5
Cruzaron el lago, pero a los discípulos se les había olvidado llevar pan.
6
—Tengan cuidado —les advirtió Jesús—; eviten la levadura de los fariseos y de los saduceos.
7
Ellos comentaban entre sí: «Lo dice porque no trajimos pan».
8
Al darse cuenta de esto, Jesús les recriminó:—Hombres de poca fe, ¿por qué están hablando de que no tienen pan?
9
¿Todavía no entienden? ¿No recuerdan los cinco panes para los cinco mil, y el número de canastas que recogieron?
10
¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y el número de cestas que recogieron?
11
¿Cómo es que no entienden que no hablaba yo del pan sino de tener cuidado de la levadura de fariseos y saduceos?
12
Entonces comprendieron que no les decía que se cuidaran de la levadura del pan sino de la enseñanza de los fariseos y de los saduceos.
La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI®
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