Hechos 27:34-44

34 Por favor, por su propio bien, coman algo ahora. Pues no perderán ni un solo cabello de la cabeza».
35 Así que tomó un poco de pan, dio gracias a Dios delante de todos, partió un pedazo y se lo comió.
36 Entonces todos se animaron y empezaron a comer,
37 los doscientos setenta y seis que estábamos a bordo.
38 Después de comer, la tripulación redujo aún más el peso del barco echando al mar la carga de trigo.
39 Cuando amaneció, no reconocieron la costa, pero vieron una bahía con una playa y se preguntaban si podrían llegar a la costa haciendo encallar el barco.
40 Entonces cortaron las anclas y las dejaron en el mar. Luego soltaron los timones, izaron las velas de proa y se dirigieron a la costa;
41 pero chocaron contra un banco de arena y el barco encalló demasiado rápido. La proa del barco se clavó en la arena, mientras que la popa fue golpeada repetidas veces por la fuerza de las olas y comenzó a hacerse pedazos.
42 Los soldados querían matar a los prisioneros para asegurarse de que no nadaran hasta la costa y escaparan;
43 pero el oficial al mando quería salvar a Pablo, así que no los dejó llevar a cabo su plan. Luego les ordenó a todos los que sabían nadar que saltaran por la borda primero y se dirigieran a tierra firme.
44 Los demás se sujetaron a tablas o a restos del barco destruido.
Así que todos escaparon a salvo hasta la costa.
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