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Y Jesús compareció delante del gobernador, y éste le interrogó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
12
Y al ser acusado por los principales sacerdotes y los ancianos, nada respondió.
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Entonces Pilato le dijo<***>: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
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Y Jesús no le respondió ni a una sola pregunta, por lo que el gobernador estaba muy asombrado.
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Ahora bien, en cada fiesta, el gobernador acostumbraba soltar un preso al pueblo, el que ellos quisieran.
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Y tenían entonces un preso famoso, llamado Barrabás.
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Por lo cual, cuando ellos se reunieron, Pilato les dijo: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?
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Porque él sabía que le habían entregado por envidia.
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Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó aviso, diciendo: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por causa de El.
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Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús.
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Y respondiendo, el gobernador les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos respondieron: A Barrabás.