Éxodo 1; Éxodo 2; Éxodo 3; Mateo 14:1-21

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Éxodo 1

1 ESTOS son los nombres de los hijos de Israel, que entraron en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia.
2 Rubén, Simeón, Leví y Judá;
3 Issachâr, Zabulón y Benjamín;
4 Dan y Nephtalí, Gad y Aser.
5 Y todas las almas de los que salieron del muslo de Jacob, fueron setenta. Y José estaba en Egipto.
6 Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación.
7 Y los hijos de Israel crecieron, y multiplicaron, y fueron aumentados y corroborados en extremo; y llenóse la tierra de ellos.
8 Levantóse entretanto un nuevo rey sobre Egipto, que no conocía á José; el cual dijo á su pueblo:
9 He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros:
10 Ahora, pues, seamos sabios para con él, porque no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se junte con nuestros enemigos, y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.
11 Entonces pusieron sobre él comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron á Faraón las ciudades de los bastimentos, Phithom y Raamses.
12 Empero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían: así que estaban ellos fastidiados de los hijos de Israel.
13 Y los Egipcios hicieron servir á los hijos de Israel con dureza:
14 Y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo, y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigorismo.
15 Y habló el rey de Egipto á las parteras de las Hebreas, una de las cuales se llamaba Siphra, y otra Phúa, y díjoles:
16 Cuando parteareis á las Hebreas, y mirareis los asientos, si fuere hijo, matadlo; y si fuere hija, entonces viva.
17 Mas las parteras temieron á Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que reservaban la vida á los niños.
18 Y el rey de Egipto hizo llamar á las parteras y díjoles: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis reservado la vida á los niños?
19 Y las parteras respondieron á Faraón: Porque las mujeres Hebreas no son como las Egipcias: porque son robustas, y paren antes que la partera venga á ellas.
20 Y Dios hizo bien á las parteras: y el pueblo se multiplicó, y se corroboraron en gran manera.
21 Y por haber las parteras temido á Dios, él les hizo casas.
22 Entonces Faraón mandó á todo su pueblo, diciendo: Echad en el río todo hijo que naciere, y á toda hija reservad la vida.
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Éxodo 2

1 UN varón de la familia de Leví fué, y tomó por mujer una hija de Leví:
2 La cual concibió, y parió un hijo: y viéndolo que era hermoso, túvole escondido tres meses.
3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos, y calafateóla con pez y betún, y colocó en ella al niño, y púsolo en un carrizal á la orilla del río:
4 Y paróse una hermana suya á lo lejos, para ver lo que le acontecería.
5 Y la hija de Faraón descendió á lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vió ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya á que la tomase.
6 Y como la abrió, vió al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los Hebreos es éste.
7 Entonces su hermana dijo á la hija de Faraón: ¿Iré á llamarte un ama de las Hebreas, para que te críe este niño?
8 Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fué la doncella, y llamó á la madre del niño;
9 A la cual dijo la hija de Faraón: Lleva este niño, y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño, y criólo.
10 Y como creció el niño, ella lo trajo á la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y púsole por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.
11 Y en aquellos días acaeció que, crecido ya Moisés, salió á sus hermanos, y vió sus cargas: y observó á un Egipcio que hería á uno de los Hebreos, sus hermanos.
12 Y miró á todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al Egipcio, y escondiólo en la arena.
13 Y salió al día siguiente, y viendo á dos Hebreos que reñían, dijo al que hacía la injuria: ¿Por qué hieres á tu prójimo?
14 Y él respondió: ¿Quién te ha puesto á ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿piensas matarme como mataste al Egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esta cosa es descubierta.
15 Y oyendo Faraón este negocio, procuró matar á Moisés: mas Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián; y sentóse junto á un pozo.
16 Tenía el sacerdote de Madián siete hijas, las cuales vinieron á sacar agua, para llenar las pilas y dar de beber á las ovejas de su padre.
17 Mas los pastores vinieron, y echáronlas: Entonces Moisés se levantó y defendiólas, y abrevó sus ovejas.
18 Y volviendo ellas á Ragüel su padre, díjoles él: ¿Por qué habéis hoy venido tan presto?
19 Y ellas respondieron: Un varón Egipcio nos defendió de mano de los pastores, y también nos sacó el agua, y abrevó las ovejas.
20 Y dijo á sus hijas: ¿Y dónde está? ¿por qué habéis dejado ese hombre? llamadle para que coma pan.
21 Y Moisés acordó en morar con aquel varón; y él dió á Moisés á su hija Séphora:
22 La cual le parió un hijo, y él le puso por nombre Gersom: porque dijo: Peregrino soy en tierra ajena.
23 Y aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel suspiraron á causa de la servidumbre, y clamaron: y subió á Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.
24 Y oyó Dios el gemido de ellos, y acordóse de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.
25 Y miró Dios á los hijos de Israel, y reconociólos Dios.
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Éxodo 3

1 Y APACENTANDO Moisés las ovejas de Jethro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas detrás del desierto, y vino á Horeb, monte de Dios.
2 Y apareciósele el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza: y él miró, y vió que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora, y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.
4 Y viendo Jehová que iba á ver, llamólo Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
5 Y dijo: No te llegues acá: quita tus zapatos de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar á Dios.
7 Y dijo Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor á causa de sus exactores; pues tengo conocidas sus angustias:
8 Y he descendido para librarlos de mano de los Egipcios, y sacarlos de aquella tierra á una tierra buena y ancha, á tierra que fluye leche y miel, á los lugares del Cananeo, del Hetheo, del Amorrheo, del Pherezeo, del Heveo, y del Jebuseo.
9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los Egipcios los oprimen.
10 Ven por tanto ahora, y enviarte he á Faraón, para que saques á mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.
11 Entonces Moisés respondió á Dios: ¿Quién soy yo, para que vaya á Faraón, y saque de Egipto á los hijos de Israel?
12 Y él le respondió: Ve, porque yo seré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: luego que hubieres sacado este pueblo de Egipto, serviréis á Dios sobre este monte.
13 Y dijo Moisés á Dios: He aquí que llego yo á los hijos de Israel, y les digo, El Dios de vuestros padres me ha enviado á vosotros; si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿qué les responderé?
14 Y respondió Dios á Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás á los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado á vosotros.
15 Y dijo más Dios á Moisés: Así dirás á los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado á vosotros. Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos.
16 Ve, y junta los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob, me apareció, diciendo: De cierto os he visitado, y visto lo que se os hace en Egipto;
17 Y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto á la tierra del Cananeo, y del Hetheo, y del Amorrheo, y del Pherezeo, y del Heveo, y del Jebuseo, á una tierra que fluye leche y miel.
18 Y oirán tu voz; é irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová, el Dios de los Hebreos, nos ha encontrado; por tanto nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que sacrifiquemos á Jehová nuestro Dios.
19 Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte.
20 Empero yo extenderé mi mano, y heriré á Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.
21 Y yo daré á este pueblo gracia en los ojos de los Egipcios, para que cuando os partiereis, no salgáis vacíos:
22 Sino que demandará cada mujer á su vecina y á su huéspeda vasos de plata, vasos de oro, y vestidos: los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas, y despojaréis á Egipto.
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Mateo 14:1-21

1 EN aquel tiempo Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús,
2 Y dijo á sus criados: Este es Juan el Bautista: él ha resucitado de los muertos, y por eso virtudes obran en él.
3 Porque Herodes había prendido á Juan, y le había aprisionado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano;
4 Porque Juan le decía: No te es lícito tenerla.
5 Y quería matarle, mas temía al pueblo; porque le tenían como á profeta.
6 Mas celebrándose el día del nacimiento de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio, y agradó á Herodes.
7 Y prometió él con juramento de darle todo lo que pidiese.
8 Y ella, instruída primero de su madre, dijo: Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
9 Entonces el rey se entristeció; mas por el juramento, y por los que estaban juntamente á la mesa, mandó que se le diese.
10 Y enviando, degolló á Juan en la cárcel.
11 Y fué traída su cabeza en un plato y dada á la muchacha; y ella la presentó á su madre.
12 Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron el cuerpo, y lo enterraron; y fueron, y dieron las nuevas á Jesús.
13 Y oyéndo lo Jesús, se apartó de allí en un barco á un lugar descierto, apartado: y cuando las gentes lo oyeron, le siguieron á pie de las ciudades.
14 Y saliendo Jesús, vió un gran gentío, y tuvo compasión de ellos, y sanó á los que de ellos había enfermos.
15 Y cuando fué la tarde del día, se llegaron á él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y el tiempo es ya pasado: despide las gentes, para que se vayan por las aldeas, y compren para sí de comer.
16 Y Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse: dadles vosotros de comer.
17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.
18 Y él les dijo: Traédmelos acá.
19 Y mandando á las gentes recostarse sobre la hierba, tomando los cinco panes y los dos peces, alzando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dió los panes á los discípulos, y los discípulos á las gentes.
20 Y comieron todos, y se hartaron; y alzaron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas.
21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin las mujeres y los niños.
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