Daniel 3:26

26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiente y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid acá. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego.

Daniel 3:26 Meaning and Commentary

Daniel 3:26

Then Nebuchadnezzar came near to the mouth of the burning
fiery furnace
He came so nigh before, as to see at a distance four persons walking in it; now he comes nearer, as near as he could with safety: and spake and said, Shadrach, Meshach, and Abednego, ye servants of
the most high God;
he not only spake to them in a different tone than he did before; not in wrath and fury, but mildly and gently, with great respect unto them, and reverence of them; and not only calls them by the names he and his courtiers had given them, but styles them the servants of the most high God; he owns their God was a God above his: the Chaldeans worshipped fire, but the God of the Jews had power over that, and could restrain the force of it at pleasure; and he acknowledges that these men were faithful worshippers of him; who had in this wonderful manner appeared for them, and thereby approved their faith and confidence in him, and their service of him; see ( Acts 16:17 ) : come forth, and come hither;
that is, come out of the furnace, and come to the place where I and my nobles are: then Shadrach, Meshach, and Abednego, came forth of the midst of the
fire;
as they had been cast into it by the king's order, therefore they did not presume to go out of it without the same; nor were they concerned about coming out; they had very agreeable and delightful company, and had reason to say it was good for them to be there; however, when they had the king's order, they immediately obeyed it.

Daniel 3:26 In-Context

24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y levantándose apresuradamente preguntó a sus altos oficiales: ¿No eran tres los hombres que echamos atados en medio del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Ciertamente, oh rey.

25 El rey respondió y dijo: ¡Mirad! Veo a cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego sin sufrir daño alguno, y el aspecto del cuarto es semejante al de un hijo de los dioses.

26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiente y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid acá. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego.

27 Y los sátrapas, los prefectos, los gobernadores y los altos oficiales del rey se reunieron para ver a estos hombres, cómo el fuego no había tenido efecto alguno sobre sus cuerpos, ni el cabello de sus cabezas se había chamuscado, ni sus mantos habían sufrido daño alguno, ni aun olor del fuego había quedado en ellos.

28 Habló Nabucodonosor y dijo: Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego que ha enviado a su ángel y ha librado a sus siervos que, confiando en El, desobedecieron la orden del rey y entregaron sus cuerpos antes de servir y adorar a ningún otro dios excepto a su Dios.