Deuteronomio 28:53-63

53 Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que el SEÑOR tu Dios te dio, en el cerco y en al apuro con que te angustiará tu enemigo.
54 El hombre tierno en ti, y el muy delicado, su ojo será maligno para con su hermano, y para con la mujer de su seno, y para con el resto de sus hijos que le quedaren;
55 para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comerá, porque nada le habrá quedado, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te apretará en todas tus ciudades.
56 La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie probó a sentar sobre la tierra, de ternura y delicadeza, su ojo será maligno para con el marido de su seno, y para con su hijo, y para con su hija,
57 y para con su chiquita que sale de entre sus pies, y para con sus hijos que diere a luz; pues los comerá escondidamente, a falta de todo, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te apretará en tus ciudades;
58 si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este Nombre glorioso y terrible, El SEÑOR tu Dios.
59 El SEÑOR aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu simiente, plagas grandes y duraderas, y enfermedades malignas y duraderas;
60 y hará volver sobre ti todos los dolores de Egipto, delante de los cuales temiste, y se te pegarán.
61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, el SEÑOR la enviará sobre ti, hasta que tú seas destruido.
62 Y quedaréis en pocos varones, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud; por cuanto no escuchaste la voz del SEÑOR tu Dios.
63 Y será que de la manera que el SEÑOR se gozó sobre vosotros para haceros bien, y para multiplicaros, así se gozará el SEÑOR sobre vosotros para echaros a perder, y para destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra, a la cual entráis para poseerla.

Deuteronomio 28:53-63 Meaning and Commentary

INTRODUCTION TO DEUTERONOMY 28

In this chapter Moses enlarges on the blessings and the curses which belong, the one to the doers, the other to the transgressors of the law; the blessings, De 28:1-14; the curses, some of which concern individual persons, others the whole nation and body of people, and that both under the former and present dispensations, and which had their fulfilment in their former captivities, and more especially in their present dispersion, De 28:15-68.

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