9
Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, que dijo: Y tomaron las treinta
piezas de plata, precio del apreciado, que fue apreciado por los hijos de Israel;
10
y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.
11
Y Jesús estuvo delante del gobernador; y el gobernador le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú
lo dices.
12
Y siendo acusado por los príncipes de los sacerdotes, y por los ancianos, nada respondió.
13
Pilato entonces le dice: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
14
Y no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.
15
Y en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, cual quisiesen.
16
Y tenían entonces un preso famoso que se llamaba Barrabás.
17
Y juntos ellos, les dijo Pilato: ¿Cuál queréis que os suelte? ¿A Barrabás o a Jesús que se dice Cristo?
18
Porque sabía que por envidia le habían entregado.
19
Y estando él sentado en el tribunal, su mujer envió a él, diciendo: No tengas que ver con aquel justo; porque hoy he padecido muchas cosas en sueños por causa de él.