4
No inclines mi corazón a cosa mala, a hacer obras con impiedad con los varones que obran iniquidad; y no coma
yo de sus deleites.
5
Que me hiera el justo con misericordia, y que me reprenda; y halago de príncipe
inicuo no unte mi cabeza; porque aun mi oración
será contra sus males.
6
Serán derribados de lugares fuertes sus jueces, y oirán mis palabras, que son suaves.
7
Como quien hiende y rompe
leños en tierra, son esparcidos nuestros huesos a la boca de la sepultura.
8
Por tanto a ti, oh DIOS el Señor,
miran mis ojos; en ti he confiado, no desampares mi alma.
9
Guárdame de las manos del lazo
que me han tendido, y de los lazos de los que obran iniquidad.
10
Caigan los impíos a una en sus redes, mientras yo pasaré
adelante para siempre.