2 Crónicas 19; 2 Crónicas 20; 2 Crónicas 21

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2 Crónicas 19

1 Entonces Josafat, rey de Judá, regresó en paz a su casa en Jerusalén.
2 Y salió a su encuentro el vidente Jehú, hijo de Hananí, y dijo al rey Josafat: ¿Vas a ayudar al impío y amar a los que odian al SEÑOR, y con esto traer sobre ti la ira del SEÑOR?
3 Sin embargo, se han hallado en ti cosas buenas, porque has quitado las Aseras de la tierra y has dispuesto tu corazón para buscar a Dios.
4 Y habitó Josafat en Jerusalén, y volvió a salir por entre el pueblo, desde Beerseba hasta la región montañosa de Efraín, y los hizo volver al SEÑOR, Dios de sus padres.
5 Puso jueces en el país en todas las ciudades fortificadas de Judá, ciudad por ciudad,
6 y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis, pues no juzgáis en lugar de los hombres, sino en lugar del SEÑOR que está con vosotros cuando hacéis justicia.
7 Ahora pues, que el temor del SEÑOR esté sobre vosotros; tened cuidado en lo que hacéis, porque con el SEÑOR nuestro Dios no hay injusticia ni acepción de personas ni soborno.
8 También en Jerusalén Josafat puso algunos de los levitas y de los sacerdotes y algunos de los jefes de las familias de Israel, para el juicio del SEÑOR y para juzgar querellas entre los habitantes de Jerusalén.
9 Y les dio órdenes, diciendo: Así haréis en el temor del SEÑOR, con fidelidad y de todo corazón.
10 Cuando llegue a vosotros cualquier querella de vuestros hermanos que habitan en sus ciudades, entre sangre y sangre, entre ley y mandamiento, estatutos y ordenanzas, vosotros los amonestaréis para que no sean culpables delante del SEÑOR, y la ira no venga sobre vosotros ni sobre vuestros hermanos. Así haréis y no seréis culpables.
11 Y he aquí, Amarías, el sumo sacerdote, presidirá sobre vosotros en todos los asuntos del SEÑOR, y Zebadías, hijo de Ismael, jefe de la casa de Judá, en todos los asuntos del rey. También los levitas serán oficiales delante de vosotros. Sed valientes y obrad, y sea el SEÑOR con el bueno.
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2 Crónicas 20

1 Y aconteció después de esto, que los hijos de Moab y los hijos de Amón, y con ellos algunos de los amonitas, vinieron a pelear contra Josafat.
2 Entonces vinieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Viene contra ti una gran multitud de más allá del mar, de Aram y, he aquí, están en Hazezon-tamar, es decir, En-gadi.
3 Y Josafat tuvo miedo y se dispuso a buscar al SEÑOR, y proclamó ayuno en todo Judá.
4 Y se reunió Judá para buscar ayuda del SEÑOR; aun de todas las ciudades de Judá vinieron para buscar al SEÑOR.
5 Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa del SEÑOR, delante del atrio nuevo,
6 y dijo: Oh SEÑOR, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos? ¿Y no gobiernas tú sobre todos los reinos de las naciones? En tu mano hay poder y fortaleza y no hay quien pueda resistirte.
7 ¿No fuiste tú, oh Dios nuestro, el que echaste a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste para siempre a la descendencia de tu amigo Abraham?
8 Y han habitado en ella, y allí te han edificado un santuario a tu nombre, diciendo:
9 "Si viene mal sobre nosotros, espada, juicio, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás."
10 Y ahora, he aquí, los hijos de Amón y de Moab y del monte Seir, a quienes no permitiste que Israel invadiera cuando salió de la tierra de Egipto (por lo cual se apartaron de ellos y no los destruyeron),
11 mira cómo nos pagan, viniendo a echarnos de tu posesión, la que nos diste en heredad.
12 Oh Dios nuestro, ¿no los juzgarás? Porque no tenemos fuerza alguna delante de esta gran multitud que viene contra nosotros, y no sabemos qué hacer; pero nuestros ojos están vueltos hacia ti.
13 Y todo Judá estaba de pie delante del SEÑOR, con sus niños, sus mujeres y sus hijos.
14 Entonces el Espíritu del SEÑOR vino en medio de la asamblea sobre Jahaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf,
15 y dijo: Prestad atención, todo Judá, habitantes de Jerusalén y tú, rey Josafat: así os dice el SEÑOR: "No temáis, ni os acobardéis delante de esta gran multitud, porque la batalla no es vuestra, sino de Dios.
16 "Descended mañana contra ellos. He aquí ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis en el extremo del valle, frente al desierto de Jeruel.
17 "No necesitáis pelear en esta batalla; apostaos y estad quietos, y ved la salvación del SEÑOR con vosotros, oh Judá y Jerusalén." No temáis ni os acobardéis; salid mañana al encuentro de ellos porque el SEÑOR está con vosotros.
18 Y Josafat se inclinó rostro en tierra, y todo Judá y los habitantes de Jerusalén se postraron delante del SEÑOR, adorando al SEÑOR.
19 Y se levantaron los levitas, de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar al SEÑOR, Dios de Israel, en voz muy alta.
20 Se levantaron muy de mañana y salieron al desierto de Tecoa; y cuando salían, Josafat se puso en pie y dijo: Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén, confiad en el SEÑOR vuestro Dios, y estaréis seguros. Confiad en sus profetas y triunfaréis.
21 Y habiendo consultado con el pueblo, designó a algunos que cantaran al SEÑOR y a algunos que le alabaran en vestiduras santas, conforme salían delante del ejército y que dijeran: Dad gracias al SEÑOR, porque para siempre es su misericordia.
22 Y cuando comenzaron a entonar cánticos y alabanzas, el SEÑOR puso emboscadas contra los hijos de Amón, de Moab y del monte Seir, que habían venido contra Judá, y fueron derrotados.
23 Porque los hijos de Amón y de Moab se levantaron contra los habitantes del monte Seir destruyéndolos completamente, y cuando habían acabado con los habitantes de Seir, cada uno ayudó a destruir a su compañero.
24 Cuando Judá llegó a la atalaya del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí, sólo había cadáveres tendidos por tierra, ninguno había escapado.
25 Al llegar Josafat y su pueblo para recoger el botín, hallaron mucho entre ellos, incluyendo mercaderías, vestidos y objetos preciosos que tomaron para sí, más de los que podían llevar. Y estuvieron tres días recogiendo el botín, pues había mucho.
26 Al cuarto día se reunieron en el valle de Beraca; porque allí bendijeron al SEÑOR. Por tanto llamaron aquel lugar el Valle de Beraca hasta hoy.
27 Y todos los hombres de Judá y de Jerusalén regresaron, con Josafat al frente de ellos, regresando a Jerusalén con alegría, porque el SEÑOR les había hecho regocijarse sobre sus enemigos.
28 Entraron en Jerusalén, en la casa del SEÑOR, con arpas, liras y trompetas.
29 Y vino el terror de Dios sobre todos los reinos de aquellas tierras cuando oyeron que el SEÑOR había peleado contra los enemigos de Israel.
30 El reino de Josafat estuvo en paz, porque su Dios le dio tranquilidad por todas partes.
31 Y reinó Josafat sobre Judá. Tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. Y el nombre de su madre era Azuba, hija de Silhi.
32 Y anduvo en el camino de su padre Asa, y no se apartó de él, haciendo lo recto ante los ojos del SEÑOR.
33 Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo no había vuelto aún su corazón al Dios de sus padres.
34 Los demás hechos de Josafat, los primeros y los postreros, he aquí, están escritos en los anales de Jehú, hijo de Hananí, que están mencionados en el libro de los reyes de Israel.
35 Después de esto Josafat, rey de Judá, se alió con Ocozías, rey de Israel. Al hacer esto obró impíamente.
36 Y se alió con él para hacer naves que fueran a Tarsis, y construyeron las naves en Ezión-geber.
37 Entonces Eliezer, hijo de Dodava de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto te has aliado con Ocozías, el SEÑOR ha destruido tus obras. Y las naves fueron destruidas y no pudieron ir a Tarsis.
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2 Crónicas 21

1 Y Josafat durmió con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David, y su hijo Joram reinó en su lugar.
2 Y tuvo hermanos, los hijos de Josafat: Azarías, Jehiel, Zacarías, Azaryahu, Micael y Sefatías. Todos estos eran hijos de Josafat, rey de Israel.
3 Su padre les había dado muchos presentes de plata, oro y cosas preciosas, y ciudades fortificadas en Judá, pero dio el reino a Joram porque era el primogénito.
4 Cuando Joram tomó posesión del reino de su padre y se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos, y también a algunos de los jefes de Israel.
5 Joram tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén.
6 Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, tal como había hecho la casa de Acab (pues la hija de Acab era su mujer), e hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR.
7 Sin embargo el SEÑOR no quiso destruir la casa de David a causa del pacto que había hecho con David, y porque le había prometido darle una lámpara a él y a sus hijos para siempre.
8 En sus días se rebeló Edom contra el dominio de Judá, y pusieron rey sobre ellos.
9 Entonces pasó Joram con sus jefes, y todos sus carros con él. Y aconteció que se levantó de noche y atacó a los edomitas que lo tenían cercado a él y a los jefes de los carros.
10 Y Edom se rebeló contra el dominio de Judá hasta el día de hoy. Entonces Libna se rebeló en ese mismo tiempo contra su dominio, porque él había abandonado al SEÑOR, Dios de sus padres.
11 Hizo además lugares altos en los montes de Judá, haciendo que los habitantes de Jerusalén se prostituyeran y que Judá se desviara.
12 Y le llegó una carta del profeta Elías, que decía: Así dice el SEÑOR, Dios de tu padre David: "Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat tu padre, ni en los caminos de Asa, rey de Judá,
13 sino que has andado en el camino de los reyes de Israel, y has hecho que Judá y los habitantes de Israel se hayan prostituido como se prostituyó la casa de Acab, y también has matado a tus hermanos, tu propia familia, que eran mejores que tú,
14 he aquí, el SEÑOR herirá con gran azote a tu pueblo, a tus hijos, a tus mujeres y a todas tus posesiones;
15 y tú sufrirás una grave enfermedad, una enfermedad de los intestinos, hasta que día tras día se te salgan a causa de la enfermedad."
16 Entonces el SEÑOR incitó contra Joram el espíritu de los filisteos y de los árabes que eran vecinos de los etíopes;
17 y subieron contra Judá y la invadieron, y se llevaron todas las posesiones que se hallaban en la casa del rey, y también a sus hijos y a sus mujeres, de modo que no le quedó más hijo que Joacaz, el menor de sus hijos.
18 Después de todo esto, el SEÑOR lo hirió en los intestinos con una enfermedad incurable.
19 Y aconteció que con el correr del tiempo, al cabo de dos años, los intestinos se le salieron a causa de su enfermedad, y murió con grandes dolores. Y su pueblo no le encendió una hoguera como la hoguera que habían encendido por sus padres.
20 Tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén; y murió sin que nadie lo lamentara, y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.
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