Mateo 16:13-28; Mateo 17:1-20

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Mateo 16:13-28

13 Y viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?
14 Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.
15 El les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy?
16 Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente.
17 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
18 Mas yo también te digo, que tú eres Pedro una piedra pequeña , y sobre la piedra grande edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
19 Y a ti daré las llaves del Reino de los cielos; que todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
20 Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús, el Cristo.
21 Desde aquel tiempo comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le convenía ir a Jerusalén, y padecer mucho de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
22 Y Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reprenderle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
23 Entonces él, volviéndose, dijo a Pedro: Quítate de delante de mí, Satanás; me eres estorbo; porque no entiendes lo que es de Dios, sino lo que es de los hombres.
24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su madero, y sígame.
25 Porque cualquiera que quisiere salvar su vida, la perderá, y cualquiera que perdiere su vida por causa de mí, la hallará.
26 Porque ¿de qué aprovecha al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? O ¿qué recompensa dará el hombre por su alma?
27 Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
28 De cierto os digo: hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino.
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Mateo 17:1-20

1 Y después de seis días, Jesús toma a Pedro, y a Jacobo, y a Juan su hermano, y los lleva aparte a un monte alto;
2 Y se transfiguró delante de ellos; y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos fueron blancos como la luz.
3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.
4 Y respondiendo Pedro, dijo a Jesús: Señor, bien es que nos quedemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres tabernáculos: para ti uno, y para Moisés otro, y otro para Elías.
5 Y estando aún él hablando, he aquí una nube de luz que los cubrió; y una voz de la nube, que dijo: Este es mi Hijo amado, en el cual tomo contentamiento; a El oíd.
6 Y oyendo esto los discípulos, cayeron sobre sus rostros, y temieron en gran manera.
7 Entonces Jesús llegando, los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis.
8 Y alzando ellos sus ojos, a nadie vieron, sino a Jesús solo.
9 Y como descendieron del monte, les mandó Jesús, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de los muertos.
10 Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen, pues, los escribas que es necesario que Elías venga primero?
11 Y respondiendo Jesús, les dijo: a la verdad, Elías vendrá primero, y restituirá todas las cosas.
12 Mas os digo que ya vino Elías, y no le conocieron; antes hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del hombre padecerá de ellos.
13 Los discípulos entonces entendieron, que les habló de Juan el Bautista.
14 Cuando ellos llegaron a la multitud, vino a él un hombre hincándose de rodillas,
15 Y diciendo: Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece malamente; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.
16 Y lo he presentado a tus discípulos, y no le han podido sanar.
17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación infiel y torcida! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de sufrir? Traédmelo acá.
18 Y Jesús le reprendió, y salió el demonio de él; y el niño fue sano desde aquella hora.
19 Entonces, llegándose los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no lo pudimos echar fuera?
20 Y Jesús les dijo: Por vuestra infidelidad; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá; y se pasará; y nada os será imposible.
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