Lucas 1:5-66

5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, cierto sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, que tenía por mujer una de las hijas de Aarón que se llamaba Elisabet.
6 Ambos eran justos delante de Dios, y se conducían intachablemente en todos los mandamientos y preceptos del Señor.
7 No tenían hijos, porque Elisabet era estéril, y ambos eran de edad avanzada.
8 Pero aconteció que mientras Zacarías ejercía su ministerio sacerdotal delante de Dios según el orden indicado a su grupo,
9 conforme a la costumbre del sacerdocio, fue escogido por sorteo para entrar al templo del Señor y quemar incienso.
10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora de la ofrenda de incienso.
11 Y se le apareció un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.
12 Al verlo, Zacarías se turbó, y el temor se apoderó de él.
13 Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan.
14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento.
15 Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre.
16 Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios.
17 E irá delante de El en el espíritu y poder de Elías PARA HACER VOLVER LOS CORAZONES DE LOS PADRES A LOS HIJOS, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto.
18 Entonces Zacarías dijo al ángel: ¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada.
19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas.
20 Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
21 Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de su tardanza en el templo.
22 Pero cuando salió, no podía hablarles, y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo; y él les hablaba por señas, y permanecía mudo.
23 Y cuando se cumplieron los días de su servicio sacerdotal, regresó a su casa.
24 Y después de estos días, Elisabet su mujer concibió, y se recluyó por cinco meses, diciendo:
25 Así ha obrado el Señor conmigo en los días en que se dignó mirarme para quitar mi afrenta entre los hombres.
26 Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,
27 a una virgen desposada con un hombre que se llamaba José, de los descendientes de David; y el nombre de la virgen era María.
28 Y entrando el ángel, le dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo; bendita eres tú entre las mujeres.
29 Pero ella se turbó mucho por estas palabras, y se preguntaba qué clase de saludo sería éste.
30 Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios.
31 Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
32 Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David;
33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que soy virgen?
35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso lo santo que nacerá será llamado Hijo de Dios.
36 Y he aquí, tu parienta Elisabet en su vejez también ha concebido un hijo; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril.
37 Porque ninguna cosa será imposible para Dios.
38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
39 En esos días María se levantó y fue apresuradamente a la región montañosa, a una ciudad de Judá;
40 y entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet.
41 Y aconteció que cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,
42 y exclamó a gran voz y dijo: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
43 ¿Por qué me ha acontecido esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?
44 Porque he aquí, apenas la voz de tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de gozo en mi vientre.
45 Y bienaventurada la que creyó que tendrá cumplimiento lo que le fue dicho de parte del Señor.
46 Entonces María dijo: Mi alma engrandece al Señor,
47 y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
48 Porque ha mirado la humilde condición de esta su sierva; pues he aquí, desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventurada.
49 Porque grandes cosas me ha hecho el Poderoso; y santo es su nombre.
50 Y DE GENERACION EN GENERACION ES SU MISERICORDIA PARA LOS QUE LE TEMEN.
51 Ha hecho proezas con su brazo; ha esparcido a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
52 Ha quitado a los poderosos de sus tronos; y ha exaltado a los humildes;
53 A LOS HAMBRIENTOS HA COLMADO DE BIENES y ha despedido a los ricos con las manos vacías.
54 Ha ayudado a Israel, su siervo, para recuerdo de su misericordia
55 tal como dijo a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre.
56 Y María se quedó con Elisabet como tres meses, y después regresó a su casa.
57 Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo.
58 Y sus vecinos y parientes oyeron que el Señor había demostrado su gran misericordia hacia ella; y se regocijaban con ella.
59 Y al octavo día vinieron para circuncidar al niño, y lo iban a llamar Zacarías según el nombre de su padre.
60 Pero la madre respondió, y dijo: No, sino que se llamará Juan.
61 Y le dijeron: No hay nadie en tu familia que tenga ese nombre.
62 Entonces preguntaban por señas al padre, cómo lo quería llamar.
63 Y él pidió una tablilla y escribió lo siguiente: Su nombre es Juan. Y todos se maravillaron.
64 Al instante le fue abierta su boca y suelta su lengua, y comenzó a hablar dando alabanza a Dios.
65 Y vino temor sobre todos los que vivían a su alrededor; y todas estas cosas se comentaban en toda la región montañosa de Judea.
66 Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Qué, pues, llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor ciertamente estaba con él.

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Lucas 1:5-66 Meaning and Commentary

INTRODUCTION TO LUKE

The writer of this Gospel, Luke, has been, by some, thought, as Origen {a} relates, to be the same with Lucius, mentioned in Ro 16:21, but he seems rather to be, and without doubt is, Luke the beloved physician, who was a companion of the Apostle Paul in great part of his travels in the Gentile world: he came with him to Jerusalem, and from thence accompanied him to Rome, and continued with him when in prison, and was with him to the last; see Ac 16:10,11 \Col 4:14 2Ti 4:11 Phm 1:24\. Jerom {b}, and others, say, he was a physician of Antioch in Syria; where it may be the Apostle Paul met with him, and might be the happy instrument of his conversion; so that he seems to be, by nation, a Syrian, as Jerom {c} calls him. Grotius thinks his name is Roman, and that it is the contraction of Lucilius. It is not an Hebrew name, but might be in common use in Syria; for though the Jews reckon owqwl, "Lukus", among foreign names, yet say {d} a it was a very illustrious one, and well known to them, as it may well be thought to be if Syriac, the language being spoke by them: and many Jews lived in Syria, and particularly in Antioch. Some say that this Gospel was written by the advice, and assistance, and under the direction of the Apostle Paul, as the Gospel according to Mark was by that of Peter; though the following preface does not seem so well to accord with this. Eusebius says {e} that it was the sense of the ancients, that whenever the Apostle Paul makes mention of his Gospel, he intends this according to Luke. The time of the writing of it is not certain; some say it was written in the fifteenth year after the ascension of our Lord; others in the twenty second; and others in the twenty seventh. It is commonly thought to have been written after the Gospels of Matthew and Mark, according to the order in which it stands; but this is rejected by some learned men, who rather think that Luke wrote first of all: and indeed, there are some things in his preface which look as if there had not, as yet, been any authentic account published, at least which was come to the knowledge of this evangelist. The place where he wrote it is also uncertain. Jerom says {f}, he wrote it in the parts of Achaia, perhaps at Corinth: according to the titles prefixed to the Syriac and Persic versions, he wrote it in Alexandria: the former of these runs thus;

``the Gospel of Luke, the Evangelist, which he spake and published in Greek in Alexandria the great.''

And the latter thus;

``the Gospel of Luke, which he wrote in the Greek tongue in Alexandria of Egypt.''

However, it is agreed on all hands, that it is genuine, and of divine inspiration. Eusebius {g} relates, that it was affirmed by some, that this Gospel, together with those of Matthew and Mark, were brought to the Apostle John, who approved of them, and bore witness to the truth in them.

{a} In Rom. xvi. 21. {b} Catalog. Script. Eccles. sect. 17. fol. 91. Euseb. Eccl. Hist. l. 3. c. 4. {c} Praefat in Luc. {d} T. Bab. Gittin, fol. 11. 2. & Gloss. in ib. {e} Ubi supra. (Hist. Eccl. l. 3. c. 39.) {f} Praefat in Luc. {g} Eccl. Hist. l. 3. c. 24.

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