9
Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo
soy Rut tu sierva; extiende el borde
de tu capa sobre tu sierva, porque redentor eres
10
Y él dijo: Bendita seas tú del SEÑOR, hija mía; que has demostrado más misericordia al final que en el comienzo, no yendo tras los jóvenes, sean pobres o ricos
11
Ahora pues, no temas, hija mía, yo haré contigo todo lo que tú dijeres, pues que todos
los de la puerta de mi pueblo saben que eres mujer valiente
12
Y ahora, aunque es cierto que yo soy el redentor, con todo eso hay
otro redentor más cercano
(de parentesco) que yo
13
Reposa esta noche, y cuando sea de día, si
aquel te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive el SEÑOR. Reposa, pues, hasta la mañana
14
Y reposó a sus pies hasta la mañana, y se levantó antes que nadie pudiera conocer a otro. Y él dijo:
Que no se sepa que la mujer haya venido a la era
15
Y le dijo
a ella: Llega el velo que
traes sobre ti, y ten de él. Y teniéndolo
ella, él midió seis
medidas de cebada, y se las puso a cuestas; y
ella se fue a la ciudad
16
Así que vino a su suegra,
ésta le dijo: ¿Qué pues, hija mía? Y le declaró ella todo lo que con aquel varón le había acontecido
17
Y dijo: Estas seis
medidas de cebada me dio, diciéndome: Para que no vayas vacía a tu suegra
18
Entonces ella dijo: Reposa, hija mía, hasta que sepas como cae la cosa; porque aquel hombre no reposará hasta que hoy concluya el negocio