10
Entonces David le preguntó a Dios: —¿Debo salir a pelear contra los filisteos? ¿Los entregarás en mis manos? El Señor le contestó: —Sí, adelante. Te los entregaré.
8
David conquista a los filisteos Cuando los filisteos se enteraron de que David había sido ungido rey de todo Israel, movilizaron todas sus fuerzas para capturarlo; pero le avisaron a David que venían, así que salió a su encuentro.
9
Los filisteos llegaron y realizaron una incursión en el valle de Refaim.
10
Entonces David le preguntó a Dios: —¿Debo salir a pelear contra los filisteos? ¿Los entregarás en mis manos? El Señor le contestó: —Sí, adelante. Te los entregaré.
11
Entonces David y sus tropas subieron a Baal-perazim y allí derrotó a los filisteos. «¡Dios lo hizo! —exclamó David—. ¡Me utilizó para irrumpir en medio de mis enemigos como una violenta inundación!». Así que llamó a ese lugar Baal-perazim (que significa «el Señor que irrumpe»).
12
Los filisteos abandonaron sus dioses allí, así que David dio órdenes de que fueran quemados.