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la cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
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LUZ DE REVELACION A LOS GENTILES, y gloria de tu pueblo Israel.
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Y los padres del niño estaban asombrados de las cosas que de El se decían.
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Simeón los bendijo, y dijo a su madre María: He aquí, este niño ha sido puesto para la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción
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(y una espada traspasará aun tu propia alma) a fin de que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
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Y había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad muy avanzada, y había vivido con su marido siete años después de su matrimonio,