3
Las que eran fatuas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
4
mas las prudentes tomaron aceite en sus vasos, juntamente con sus lámparas.
5
Y tardándose el esposo, cabecearon todas, y se durmieron.
6
Y a la medianoche fue hecho un clamor: He aquí, el esposo viene; salid a recibirle.
7
Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y aderezaron sus lámparas.
8
Y las fatuas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
9
Mas las prudentes respondieron, diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id antes a los que venden, y comprad para vosotras.
10
Y mientras que ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas, entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
11
Y después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: Señor, Señor, ábrenos.
12
Mas respondiendo él, dijo: De cierto os digo,
que no os conozco.
13
Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir.