Éxodo 32:1-29

El becerro de oro

1 Al ver los israelitas que Moisés tardaba en bajar del monte, fueron a reunirse con Aarón y le dijeron:—Tienes que hacernos dioses que marchen[a] al frente de nosotros, porque a ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo haberle pasado!
2 Aarón les respondió:—Quítenles a sus mujeres los aretes de oro, y también a sus hijos e hijas, y tráiganmelos.
3 Todos los israelitas se quitaron los aretes de oro que llevaban puestos, y se los llevaron a Aarón,
4 quien los recibió y los fundió; luego cinceló el oro fundido e hizo un ídolo en forma de becerro. Entonces exclamó el pueblo: «Israel, ¡aquí tienes a tus dioses que te sacaron de Egipto!»
5 Cuando Aarón vio esto, construyó un altar enfrente del becerro y anunció:—Mañana haremos fiesta en honor del SEÑOR.
6 En efecto, al día siguiente los israelitas madrugaron y presentaron holocaustos y sacrificios de comunión. Luego el pueblo se sentó a comer y a beber, y se entregó al desenfreno.
7 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:—Baja, porque ya se ha corrompido el pueblo que sacaste de Egipto.
8 Demasiado pronto se han apartado del camino que les ordené seguir, pues no solo han fundido oro y se han hecho un ídolo en forma de becerro, sino que se han inclinado ante él, le han ofrecido sacrificios, y han declarado: “Israel, ¡aquí tienes a tu dios que te sacó de Egipto!”
9 »Ya me he dado cuenta de que este es un pueblo terco —añadió el SEÑOR, dirigiéndose a Moisés—.
10 Tú no te metas. Yo voy a descargar mi ira sobre ellos, y los voy a destruir. Pero de ti haré una gran nación.
11 Moisés intentó apaciguar al SEÑOR su Dios, y le suplicó:—SEÑOR, ¿por qué ha de encenderse tu ira contra este pueblo tuyo, que sacaste de Egipto con gran poder y con mano poderosa?
12 ¿Por qué dar pie a que los egipcios digan que nos sacaste de su país con la intención de matarnos en las montañas y borrarnos de la faz de la tierra? ¡Calma ya tu enojo! ¡Aplácate y no traigas sobre tu pueblo esa desgracia!
13 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel. Tú mismo les juraste que harías a sus descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo; ¡tú les prometiste que a sus descendientes les darías toda esta tierra como su herencia eterna!
14 Entonces el SEÑOR se calmó y desistió de hacerle a su pueblo el daño que le había sentenciado.
15 Moisés volvió entonces del monte. Cuando bajó, traía en sus manos las dos tablas de la ley, las cuales estaban escritas por sus dos lados.
16 Tanto las tablas como la escritura grabada en ellas eran obra de Dios.
17 Cuando Josué oyó el ruido y los gritos del pueblo, le dijo a Moisés:—Se oyen en el campamento gritos de guerra.
18 Pero Moisés respondió:«Lo que escucho no son gritos de victoria,ni tampoco lamentos de derrota;más bien, lo que escucho son canciones».
19 Cuando Moisés se acercó al campamento y vio el becerro y las danzas, ardió en ira y arrojó de sus manos las tablas de la ley, haciéndolas pedazos al pie del monte.
20 Tomó entonces el becerro que habían hecho, lo arrojó al fuego y, luego de machacarlo hasta hacerlo polvo, lo esparció en el agua y se la dio a beber a los israelitas.
21 A Aarón le dijo:—¿Qué te hizo este pueblo? ¿Por qué lo has hecho cometer semejante pecado?
22 —Hermano mío,[b] no te enojes —contestó Aarón—. Tú bien sabes cuán inclinado al mal es este pueblo.
23 Ellos me dijeron: “Tienes que hacernos dioses que marchen al frente de nosotros, porque a ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo haberle pasado!”
24 Yo les contesté que todo el que tuviera joyas de oro se desprendiera de ellas. Ellos me dieron el oro, yo lo eché al fuego, ¡y lo que salió fue este becerro!
25 Al ver Moisés que el pueblo estaba desenfrenado y que Aarón les había permitido desmandarse y convertirse en el hazmerreír de sus enemigos,
26 se puso a la entrada del campamento y dijo: «Todo el que esté de parte del SEÑOR, que se pase de mi lado». Y se le unieron todos los levitas.
27 Entonces les dijo Moisés: «El SEÑOR, Dios de Israel, ordena lo siguiente: “Cíñase cada uno la espada y recorra todo el campamento de un extremo al otro, y mate al que se le ponga enfrente, sea hermano, amigo o vecino”».
28 Los levitas hicieron lo que les mandó Moisés, y aquel día mataron como a tres mil israelitas.
29 Entonces dijo Moisés: «Hoy han recibido ustedes plena autoridad de parte del SEÑOR; él los ha bendecido este día, pues se pusieron en contra de sus propios hijos y hermanos».

Éxodo 32:1-29 Meaning and Commentary

INTRODUCTION TO EXODUS 32

This chapter gives an account of the idolatry of the Israelites making and worshipping a golden calf, Ex 32:1-6 the information of it God gave to Moses, bidding him at the same time not to make any suit in their favour, that he might consume them, and make a large nation out Moses's family, Ex 32:7-10 the intercession of Moses for them, in which he succeeded, Ex 32:11-14 his descent from the mount with the two tables in his hands, accompanied by Joshua, when he was an eyewitness of their idolatry, which raised his indignation, that he cast the two tables out of his hands and broke them, took the calf and burnt it, and ground it to powder, and made the children of Israel drink of it, Ex 32:15-20 the examination of Aaron about the fact, who excused himself, Ex 32:21-24 the orders given to the Levites, who joined themselves to Moses, to slay every man his brother, which they did to the number of 3000 men, Ex 32:25-29 another intercession for them by Moses, which gained a respite of them for a time, for they are threatened to be visited still for their sin, and they were plagued for it, Ex 32:30-35.

Footnotes 2

  • [a]. "dioses que marchen" . Alt. "un dios que marche" ; también en v. 23.
  • [b]. "Hermano mío" . Lit. "Señor mío" .
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