Números 23; Números 24; Números 25; Marcos 7:14-37

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Números 23

1 Entonces Balaam dijo a Balac: Constrúyeme aquí siete altares y prepárame aquí siete novillos y siete carneros.
2 Y Balac hizo tal como Balaam le había dicho, y Balac y Balaam ofrecieron un novillo y un carnero en cada altar.
3 Entonces Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré; quizá el SEÑOR venga a mi encuentro, y lo que me manifieste te lo haré saber. Y se fue a un cerro pelado.
4 Dios salió al encuentro de Balaam, y éste le dijo: He preparado los siete altares y he ofrecido un novillo y un carnero sobre cada altar
5 Y el SEÑOR puso palabra en la boca de Balaam, y le dijo: Vuelve a Balac y así hablarás.
6 El entonces volvió a Balac, y he aquí que estaba junto a su holocausto, él y todos los jefes de Moab.
7 Y comenzó su profecía , y dijo: Desde Aram me ha traído Balac, rey de Moab, desde los montes del oriente: "Ven, y maldíceme a Jacob; ven, y condena a Israel."
8 ¿Cómo maldeciré a quien Dios no ha maldecido? ¿Cómo condenaré a quien el SEÑOR no ha condenado?
9 Porque desde la cumbre de las peñas lo veo, y desde los montes lo observo. He aquí, es un pueblo que mora aparte, y que no será contado entre las naciones.
10 ¿Quién puede contar el polvo de Jacob, o numerar la cuarta parte de Israel? Muera yo la muerte de los rectos, y sea mi fin como el suyo.
11 Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué me has hecho? Te tomé para maldecir a mis enemigos, pero mira, ¡los has llenado de bendiciones!
12 Y él respondió y dijo: ¿No debo tener cuidado de hablar lo que el SEÑOR pone en mi boca?
13 Balac le dijo entonces: Te ruego que vengas conmigo a otro sitio desde donde podrás verlos, aunque sólo verás el extremo de ellos, y no los verás a todos; y desde allí maldícemelos.
14 Lo llevó al campo de Zofim, sobre la cumbre del Pisga, y edificó siete altares y ofreció un novillo y un carnero en cada altar
15 Y él dijo a Balac: Ponte aquí junto a tu holocausto, mientras voy allá a encontrarme con el SEÑOR.
16 El SEÑOR salió al encuentro de Balaam y puso palabra en su boca y le dijo: Vuelve a Balac y así hablarás.
17 Y él volvió a Balac, y he aquí, estaba de pie junto a su holocausto, y los jefes de Moab con él. Y Balac le dijo: ¿Qué ha dicho el SEÑOR?
18 Y comenzó su profecía, y dijo: Levántate, Balac, y escucha; dame oídos, hijo de Zipor.
19 Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará?, ¿ha hablado, y no lo cumplirá
20 Mira, he recibido orden de bendecir; si El ha bendecido, yo no lo puedo anular.
21 El no ha observado iniquidad en Jacob, ni ha visto malicia en Israel; está en él el SEÑOR su Dios, y el júbilo de un rey está en él
22 Dios lo saca de Egipto; es para él como los cuernos del búfalo.
23 Porque no hay aguero contra Jacob, ni hay adivinación contra Israel. A su tiempo se le dirá a Jacob y a Israel: ¡Ved lo que ha hecho Dios!
24 He aquí, un pueblo se levanta como leona, y se yergue como león; no se echará hasta que devore la presa y beba la sangre de los que ha matado.
25 Entonces Balac dijo a Balaam: ¡De ninguna manera los maldigas ni los bendigas!
26 Pero Balaam respondió y dijo a Balac: ¿No te dije que todo lo que el SEÑOR habla, eso debo hacer?
27 Y Balac dijo a Balaam: Ven, te ruego, te llevaré a otro lugar; quizá le plazca a Dios que me los maldigas desde allí.
28 Entonces Balac llevó a Balaam a la cumbre del Peor, que da hacia el desierto.
29 Y Balaam dijo a Balac: Constrúyeme aquí siete altares y prepárame aquí siete novillos y siete carneros.
30 Balac hizo tal como Balaam le había dicho y ofreció un novillo y un carnero en cada altar.
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Números 24

1 Cuando Balaam vio que agradaba al SEÑOR bendecir a Israel, no fue como otras veces a buscar agueros, sino que puso su rostro hacia el desierto.
2 Y levantó Balaam sus ojos y vio a Israel acampado por tribus; y vino sobre él el Espíritu de Dios.
3 Y comenzando su profecía, dijo: Oráculo de Balaam, hijo de Beor, y oráculo del hombre de ojos abiertos;
4 oráculo del que escucha las palabras de Dios, del que ve la visión del Todopoderoso ; caído, pero con los ojos descubiertos.
5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob; tus moradas, oh Israel!
6 Como valles que se extienden, como jardines junto al río, como áloes plantados por el SEÑOR, como cedros junto a las aguas.
7 Agua correrá de sus baldes, y su simiente estará junto a muchas aguas; más grande que Agag será su rey, y su reino será exaltado.
8 Dios lo saca de Egipto; es para él como los cuernos del búfalo. Devorará a las naciones que son sus adversarios, y desmenuzará sus huesos, y los traspasará con sus saetas.
9 Se agazapa, se echa como león, o como leona ¿quién se atreverá a despertarlo? Benditos los que te bendigan, y malditos los que te maldigan.
10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y palmoteando, dijo Balac a Balaam: Te llamé para maldecir a mis enemigos, pero he aquí, los has llenado de bendiciones estas tres veces.
11 Ahora pues, huye a tu lugar. Yo dije que te colmaría de honores, pero mira, el SEÑOR te ha privado de honores.
12 Y Balaam dijo a Balac: ¿No les hablé yo también a los mensajeros que me enviaste, diciendo:
13 "Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, no podría yo traspasar el mandamiento del SEÑOR para hacer lo bueno o lo malo de mi propia iniciativa. Lo que hable el SEÑOR, eso hablaré"?
14 Ahora, mira, me voy a mi pueblo; pero ven, y te advertiré lo que este pueblo hará a tu pueblo en los días venideros.
15 Y comenzando su profecía, dijo: Oráculo de Balaam, hijo de Beor, y oráculo del hombre de ojos abiertos.
16 Oráculo del que escucha las palabras de Dios, y conoce la sabiduría del Altísimo ; del que ve la visión del Todopoderoso, caído, pero con los ojos descubiertos.
17 Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no cerca; una estrella saldrá de Jacob, y un cetro se levantará de Israel que aplastará la frente de Moab y derrumbará a todos los hijos de Set .
18 Edom será una posesión, también será una posesión Seir, su enemigo; mientras que Israel se conducirá con valor.
19 De Jacob saldrá el que tendrá dominio, y destruirá al remanente de la ciudad.
20 Al ver a Amalec, continuó su profecía , y dijo: Amalec fue la primera de las naciones, pero su fin será destrucción.
21 Después vio al ceneo, y continuó su profecía, y dijo: Perdurable es tu morada, y en la peña está puesto tu nido.
22 No obstante, el ceneo será consumido; ¿hasta cuándo te tendrá cautivo Asiria?
23 Y continuando su profecía, dijo: ¡Ay! ¿Quién puede vivir, si Dios no lo ha ordenado?
24 Pero las naves vendrán de la costa de Quitim, y afligirán a Asiria y afligirán a Heber; pero él también perecerá para siempre.
25 Entonces se levantó Balaam y se marchó, y volvió a su lugar; también Balac se fue por su camino.
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Números 25

1 Mientras Israel habitaba en Sitim, el pueblo comenzó a prostituirse con las hijas de Moab.
2 Y éstas invitaron al pueblo a los sacrificios que hacían a sus dioses, y el pueblo comió y se postró ante sus dioses.
3 Así Israel se unió a Baal de Peor, y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel.
4 Y el SEÑOR dijo a Moisés: Toma a todos los jefes del pueblo y ejecútalos delante del SEÑOR a plena luz del día, para que se aparte de Israel la ardiente ira del SEÑOR.
5 Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Cada uno de vosotros mate a aquellos de los suyos que se han unido a Baal de Peor.
6 Y he aquí que un hombre, uno de los hijos de Israel, vino y presentó una madianita a sus parientes, a la vista de Moisés y a la vista de toda la congregación de los hijos de Israel, que lloraban a la puerta de la tienda de reunión.
7 Y cuando lo vio Finees, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, se levantó de en medio de la congregación, y tomando una lanza en su mano,
8 fue tras el hombre de Israel, entró en la alcoba y los traspasó a los dos, al hombre de Israel y a la mujer por su vientre. Y así cesó la plaga sobre los hijos de Israel.
9 Y los que murieron por la plaga fueron veinticuatro mil.
10 Entonces habló el SEÑOR a Moisés, diciendo:
11 Finees, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha apartado mi furor de los hijos de Israel porque demostró su celo por mí entre ellos, y en mi celo no he destruido a los hijos de Israel.
12 Por tanto, di: "He aquí, yo le doy mi pacto de paz;
13 y será para él y para su descendencia después de él, un pacto de sacerdocio perpetuo, porque tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel."
14 El nombre del hombre de Israel que fue muerto con la madianita era Zimri, hijo de Salu, jefe de una casa paterna de Simeón.
15 Y el nombre de la mujer madianita que fue muerta era Cozbi, hija de Zur, el cual era cabeza del pueblo de una casa paterna en Madián.
16 Entonces habló el SEÑOR a Moisés, diciendo:
17 Hostigad a los madianitas y heridlos;
18 pues ellos os han sido hostiles con sus engaños, con los que os engañaron en el asunto de Peor, y en el asunto de Cozbi, hija del jefe de Madián, su hermana, que fue muerta el día de la plaga por causa de Peor.
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Marcos 7:14-37

14 Y llamando de nuevo a la multitud, les decía: Escuchadme todos y entended:
15 no hay nada fuera del hombre que al entrar en él pueda contaminarlo; sino que lo que sale de adentro del hombre es lo que contamina al hombre.
16 Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.
17 Y cuando dejó a la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola.
18 Y El les dijo<***>: ¿También vosotros sois tan faltos de entendimiento? ¿No comprendéis que todo lo que de afuera entra al hombre no le puede contaminar,
19 porque no entra en su corazón, sino en el estómago, y se elimina? (Declarando así limpios todos los alimentos.)
20 Y decía: Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
21 Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios,
22 avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez.
23 Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre.
24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro , y entrando en una casa, no quería que nadie lo supiera, pero no pudo pasar inadvertido;
25 sino que enseguida, al oír hablar de El, una mujer cuya hijita tenía un espíritu inmundo, fue y se postró a sus pies.
26 La mujer era gentil , sirofenicia de nacimiento; y le rogaba que echara fuera de su hija al demonio.
27 Y El le decía: Deja que primero los hijos se sacien, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.
28 Pero ella respondió y le dijo<***>: Es cierto, Señor; pero aun los perrillos debajo de la mesa comen las migajas de los hijos.
29 Y El le dijo: Por esta respuesta, vete; el demonio ha salido de tu hija.
30 Cuando ella volvió a su casa, halló que la niña estaba acostada en la cama, y que el demonio había salido.
31 Volviendo a salir de la región de Tiro, pasó por Sidón y llegó al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis.
32 Y le trajeron<***> a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron<***> que pusiera la mano sobre él.
33 Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua con la saliva;
34 y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo<***>: ¡Effatá!, esto es: ¡Abrete!
35 Y al instante se abrieron sus oídos, y desapareció el impedimento de su lengua, y hablaba con claridad.
36 Y Jesús les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban.
37 Y se asombraron en gran manera, diciendo: Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar.
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