Salmos 132; Salmos 133; Salmos 134; 1 Corintios 11:17-34

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Salmos 132

1 Acuérdate, SEÑOR, de David, de toda su aflicción;
2 de cómo juró al SEÑOR, y prometió al Poderoso de Jacob:
3 Ciertamente no entraré en mi casa, ni en mi lecho me acostaré;
4 no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento,
5 hasta que halle un lugar para el SEÑOR, una morada para el Poderoso de Jacob.
6 He aquí, oímos de ella en Efrata; la hallamos en los campos de Jaar.
7 Entremos a sus moradas; postrémonos ante el estrado de sus pies.
8 Levántate, SEÑOR, al lugar de tu reposo; tú y el arca de tu poder.
9 Vístanse de justicia tus sacerdotes; y canten con gozo tus santos.
10 Por amor a David tu siervo, no hagas volver el rostro de tu ungido.
11 El SEÑOR ha jurado a David una verdad de la cual no se retractará: De tu descendencia pondré sobre tu trono.
12 Si tus hijos guardan mi pacto, y mi testimonio que les enseñaré, sus hijos también ocuparán tu trono para siempre.
13 Porque el SEÑOR ha escogido a Sion; la quiso para su habitación.
14 Este es mi lugar de reposo para siempre; aquí habitaré, porque la he deseado.
15 Su provisión bendeciré en abundancia; de pan saciaré a sus pobres.
16 A sus sacerdotes también vestiré de salvación, y sus santos darán voces de júbilo.
17 Allí haré surgir el poder de David; he preparado una lámpara para mi ungido.
18 A sus enemigos cubriré de verguenza, mas sobre él resplandecerá su corona.
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Salmos 133

1 Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía.
2 Es como el óleo precioso sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, que desciende hasta el borde de sus vestiduras.
3 Es como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí mandó el SEÑOR la bendición, la vida para siempre.
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Salmos 134

1 He aquí, bendecid al SEÑOR todos los siervos del SEÑOR, los que servís por la noche en la casa del SEÑOR.
2 Alzad vuestras manos al santuario y bendecid al SEÑOR.
3 Desde Sion te bendiga el SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra.
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1 Corintios 11:17-34

17 Pero al daros estas instrucciones, no os alabo, porque no os congregáis para lo bueno, sino para lo malo.
18 Pues, en primer lugar, oigo que cuando os reunís como iglesia hay divisiones entre vosotros; y en parte lo creo.
19 Porque es necesario que entre vosotros haya bandos, a fin de que se manifiesten entre vosotros los que son aprobados.
20 Por tanto, cuando os reunís, esto ya no es comer la cena del Señor,
21 porque al comer, cada uno toma primero su propia cena; y uno pasa hambre y otro se embriaga.
22 ¿Qué? ¿No tenéis casas para comer y beber? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios y avergonzáis a los que nada tienen? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabaré.
23 Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
24 y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí.
25 De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí.
26 Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que El venga.
27 De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.
28 Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa.
29 Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí.
30 Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y muchos duermen .
31 Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados.
32 Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.
33 Así que, hermanos míos, cuando os reunáis para comer, esperaos unos a otros.
34 Si alguno tiene hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Los demás asuntos los arreglaré cuando vaya.
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