19
—¿Por qué me llamas bueno? —respondió Jesús—. Nadie es bueno sino solo Dios.
20
Ya sabes los mandamientos: “No cometas adulterio, no mates, no robes, no presentes falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre”.
21
—Todo eso lo he cumplido desde que era joven —dijo el hombre.
22
Al oír esto, Jesús añadió:—Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
23
Cuando el hombre oyó esto, se entristeció mucho, pues era muy rico.