9
Y dijo también a unos que confiaban en sí como justos, y menospreciaban a los otros, esta parábola:
10
Dos hombres subieron al Templo a orar: el uno fariseo, el otro publicano.
11
El fariseo, en pie, oraba consigo de esta manera: Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
12
ayuno
lo de dos
comidas cada sábado, doy diezmos de todo lo que poseo.
13
Mas el publicano estando lejos no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que hería su pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
14
Os digo que éste descendió a su casa
más justificado que el otro; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado.