Arresto de Jesús
47 Todavía estaba hablando Jesús cuando se apareció una turba, y al frente iba uno de los doce, el que se llamaba Judas. Este se acercó a Jesús para besarlo,
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pero Jesús le preguntó:—Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre?
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Los discípulos que lo rodeaban, al darse cuenta de lo que pasaba, dijeron:—Señor, ¿atacamos con la espada?
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Y uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha.
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—¡Déjenlos! —ordenó Jesús.Entonces le tocó la oreja al hombre, y lo sanó.
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Luego dijo a los jefes de los sacerdotes, a los capitanes del templo y a los ancianos, que habían venido a prenderlo:—¿Acaso soy un bandido, para que vengan contra mí con espadas y palos?
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Todos los días estaba con ustedes en el templo, y no se atrevieron a ponerme las manos encima. Pero ya ha llegado la hora de ustedes, cuando reinan las tinieblas.
Pedro niega a Jesús
54 Prendieron entonces a Jesús y lo llevaron a la casa del sumo sacerdote. Pedro los seguía de lejos.
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Pero luego, cuando encendieron una fogata en medio del patio y se sentaron alrededor, Pedro se les unió.
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Una criada lo vio allí sentado a la lumbre, lo miró detenidamente y dijo:—Este estaba con él.
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Pero él lo negó.—Muchacha, yo no lo conozco.
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Poco después lo vio otro y afirmó:—Tú también eres uno de ellos.—¡No, hombre, no lo soy! —contestó Pedro.
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Como una hora más tarde, otro lo acusó:—Seguro que este estaba con él; miren que es galileo.
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—¡Hombre, no sé de qué estás hablando! —replicó Pedro.En el mismo momento en que dijo eso, cantó el gallo.
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El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces».
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Y saliendo de allí, lloró amargamente.
Los soldados se burlan de Jesús
63 Los hombres que vigilaban a Jesús comenzaron a burlarse de él y a golpearlo.
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Le vendaron los ojos, y le increpaban:—¡Adivina quién te pegó!
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Y le lanzaban muchos otros insultos.