Hechos 22:7-17

7 Caí al suelo y oí una voz que me decía:
8 »“¿Quién eres, señor?”, pregunté.
»Y la voz contestó:
9 La gente que iba conmigo vio la luz pero no entendió la voz que me hablaba.
10 Yo pregunté: “¿Qué debo hacer, Señor?”. Y el Señor me dijo:
11 »Quedé ciego por la intensa luz y mis compañeros tuvieron que llevarme de la mano hasta Damasco.
12 Allí vivía un hombre llamado Ananías. Era un hombre recto, muy devoto de la ley y muy respetado por todos los judíos de Damasco.
13 Él llegó y se puso a mi lado y me dijo: “Hermano Saulo, recobra la vista”. Y, en ese mismo instante, ¡pude verlo!
14 »Después me dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas su voluntad y para que veas al Justo y lo oigas hablar.
15 Pues tú serás su testigo; les contarás a todos lo que has visto y oído.
16 ¿Qué esperas? Levántate y bautízate. Queda limpio de tus pecados al invocar el nombre del Señor”.
17 »Después de regresar a Jerusalén y, mientras oraba en el templo, caí en un estado de éxtasis.
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