Marcos 5:3-13

3 Este hombre vivía entre las cuevas de entierro y ya nadie podía sujetarlo ni siquiera con cadenas.
4 Siempre que lo ataban con cadenas y grilletes —lo cual le hacían a menudo—, él rompía las cadenas de sus muñecas y destrozaba los grilletes. No había nadie con suficiente fuerza para someterlo.
5 Día y noche vagaba entre las cuevas donde enterraban a los muertos y por las colinas, aullando y cortándose con piedras afiladas.
6 Cuando Jesús todavía estaba a cierta distancia, el hombre lo vio, corrió a su encuentro y se inclinó delante de él.
7 Dando un alarido, gritó: «¿Por qué te entrometes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡En el nombre de Dios, te suplico que no me tortures!».
8 Pues Jesús ya le había dicho al espíritu:
9 Entonces Jesús le preguntó:
Y él contestó:
—Me llamo Legión, porque somos muchos los que estamos dentro de este hombre.
10 Entonces los espíritus malignos le suplicaron una y otra vez que no los enviara a un lugar lejano.
11 Sucedió que había una gran manada de cerdos alimentándose en una ladera cercana.
12 «Envíanos a esos cerdos —suplicaron los espíritus—. Déjanos entrar en ellos».
13 Entonces Jesús les dio permiso. Los espíritus malignos salieron del hombre y entraron en los cerdos, y toda la manada de unos dos mil cerdos se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó en el agua.
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