Mateo 17:2-12

2 Mientras los hombres observaban, la apariencia de Jesús se transformó a tal punto que la cara le brillaba como el sol y su ropa se volvió tan blanca como la luz.
3 De repente, aparecieron Moisés y Elías y comenzaron a conversar con Jesús.
4 Pedro exclamó: «Señor, ¡es maravilloso que estemos aquí! Si deseas, haré tres enramadas como recordatorios:
una para ti, una para Moisés y la otra para Elías».
5 No había terminado de hablar cuando una nube brillante los cubrió, y desde la nube una voz dijo: «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo. Escúchenlo a él».
6 Los discípulos estaban aterrados y cayeron rostro en tierra.
7 Entonces Jesús se les acercó y los tocó.
—les dijo—,
8 Cuando levantaron la vista, Moisés y Elías habían desaparecido, y vieron sólo a Jesús.
9 Mientras descendían de la montaña, Jesús les ordenó:
10 Luego sus discípulos le preguntaron:
—¿Por qué los maestros de la ley religiosa insisten en que Elías debe regresar antes de que venga el Mesías?
11 Jesús contestó:
12 Pero les digo, Elías ya vino, pero no fue reconocido y ellos prefirieron maltratarlo. De la misma manera, también harán sufrir al Hijo del Hombre.

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