1 Reyes 3; 1 Reyes 4

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1 Reyes 3

1 Salomón se emparentó con Faraón, rey de Egipto, pues tomó la hija de Faraón y la trajo a la ciudad de David mientras acababa de edificar su casa, la casa del SEÑOR y la muralla alrededor de Jerusalén.
2 Sólo que el pueblo sacrificaba en los lugares altos, porque en aquellos días aún no se había edificado casa al nombre del SEÑOR.
3 Salomón amaba al SEÑOR, andando en los estatutos de su padre David, aunque sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
4 El rey fue a Gabaón a sacrificar allí, porque ese era el lugar alto principal. Salomón ofreció mil holocaustos sobre ese altar.
5 Y en Gabaón el SEÑOR se apareció a Salomón de noche en sueños, y Dios le dijo: Pide lo que quieras que yo te dé.
6 Entonces Salomón dijo: Tú has usado de gran misericordia con tu siervo David mi padre, según él anduvo delante de ti con fidelidad, justicia y rectitud de corazón hacia ti; y has guardado para él esta gran misericordia, en que le has dado un hijo que se siente en su trono, como sucede hoy.
7 Y ahora, SEÑOR Dios mío, has hecho a tu siervo rey en lugar de mi padre David, aunque soy un muchacho y no sé cómo salir ni entrar.
8 Tu siervo está en medio de tu pueblo al cual escogiste, un pueblo inmenso que no se puede numerar ni contar por su multitud.
9 Da, pues, a tu siervo un corazón con entendimiento para juzgar a tu pueblo y para discernir entre el bien y el mal. Pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande?
10 Y fue del agrado a los ojos del Señor que Salomón pidiera esto.
11 Y Dios le dijo: Porque has pedido esto y no has pedido para ti larga vida, ni has pedido para ti riquezas, ni has pedido la vida de tus enemigos, sino que has pedido para ti inteligencia para administrar justicia,
12 he aquí, he hecho conforme a tus palabras. He aquí, te he dado un corazón sabio y entendido, de modo que no ha habido ninguno como tú antes de ti, ni se levantará ninguno como tú después de ti.
13 También te he dado lo que no has pedido, tanto riquezas como gloria, de modo que no habrá entre los reyes ninguno como tú en todos tus días.
14 Y si andas en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos como tu padre David anduvo, entonces prolongaré tus días.
15 Salomón se despertó y vio que había sido un sueño. Entró en Jerusalén y se puso delante del arca del pacto del SEÑOR; ofreció holocaustos e hizo ofrendas de paz, y también dio un banquete para todos sus siervos.
16 Por ese tiempo dos mujeres que eran rameras, vinieron al rey y se presentaron delante de él.
17 Y una de las mujeres dijo: Oh, mi señor, yo y esta mujer vivimos en la misma casa; y yo di a luz estando con ella en la casa.
18 Y sucedió que al tercer día después de dar yo a luz, esta mujer también dio a luz; estábamos juntas, nadie de fuera estaba con nosotras en la casa, solamente nosotras dos.
19 Y el hijo de esta mujer murió durante la noche, porque ella se durmió sobre él.
20 Entonces ella se levantó a medianoche, tomó a mi hijo de mi lado mientras tu sierva estaba dormida y lo puso en su regazo, y a su hijo muerto lo puso en mi regazo.
21 Cuando me levanté al amanecer para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero cuando lo observé con cuidado por la mañana, vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.
22 Entonces la otra mujer dijo: No, pues mi hijo es el que vive y tu hijo es el muerto. Pero la primera mujer dijo: No, tu hijo es el muerto y mi hijo es el que vive. Así hablaban ellas delante del rey.
23 Entonces el rey dijo: Esta dice: "Este es mi hijo que está vivo y tu hijo es el muerto"; y la otra dice: "No, porque tu hijo es el muerto y mi hijo es el que vive."
24 Y el rey dijo: Traedme una espada. Y trajeron una espada al rey.
25 Entonces el rey dijo: Partid al niño vivo en dos, y dad la mitad a una y la otra mitad a la otra.
26 Entonces la mujer de quien era el niño vivo habló al rey, pues estaba profundamente conmovida por su hijo, y dijo: Oh, mi señor, dale a ella el niño vivo, y de ninguna manera lo mates. Pero la otra decía: No será ni mío ni tuyo; partidlo.
27 Entonces el rey respondió y dijo: Dad el niño vivo a la primera mujer, y de ninguna manera lo matéis. Ella es la madre.
28 Cuando todo Israel oyó del juicio que el rey había pronunciado, temieron al rey, porque vieron que la sabiduría de Dios estaba en él para administrar justicia.
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1 Reyes 4

1 El rey Salomón fue, pues, rey sobre todo Israel.
2 Y estos eran sus oficiales: Azarías, hijo de Sadoc, era el sacerdote;
3 Elihoref y Ahías, hijos de Sisa, eran secretarios; Josafat, hijo de Ahilud, era el cronista;
4 Benaía, hijo de Joiada, estaba sobre el ejército; y Sadoc y Abiatar eran sacerdotes;
5 Azarías, hijo de Natán, estaba sobre los oficiales; y Zabud, hijo de Natán, un sacerdote, era amigo del rey;
6 Ahisar, era el mayordomo; y Adoniram, hijo de Abda, estaba sobre los hombres sujetos a trabajos forzados.
7 Salomón tenía doce oficiales sobre todo Israel, los cuales abastecían al rey y a su casa. Cada uno tenía que hacerlo un mes en el año.
8 Y estos son sus nombres: Ben-hur, en la región montañosa de Efraín;
9 Ben-decar en Macaz, en Saalbim, en Bet-semes y en Elón-bet-hanán;
10 Ben-hesed en Arubot (de él eran Soco y toda la tierra de Hefer);
11 Ben-abinadab, en toda la altura de Dor (Tafat, hija de Salomón, era su mujer);
12 Baana, hijo de Ahilud, en Taanac y Meguido y todo Bet-seán, que está junto a Saretán, más abajo de Jezreel, desde Bet-seán hasta Abel-mehola, hasta el otro lado de Jocmeam;
13 Ben-geber en Ramot de Galaad (las aldeas de Jair, hijo de Manasés, que están en Galaad eran de él: la región de Argob que está en Basán, sesenta grandes ciudades con muros y cerrojos de bronce eran de él);
14 Ahinadab, hijo de Iddo, en Mahanaim;
15 Ahimaas en Neftalí (también se casó con Basemat, hija de Salomón);
16 Baana, hijo de Husai, en Aser y Bealot;
17 Josafat, hijo de Parúa, en Isacar;
18 Simei, hijo de Ela, en Benjamín;
19 Geber, hijo de Uri, en la tierra de Galaad, la región de Sehón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán; él era el único gobernador que estaba en aquella tierra.
20 Judá e Israel eran tan numerosos como la arena que está en abundancia a la orilla del mar; comían, bebían y se alegraban.
21 Salomón gobernaba todos los reinos desde el río hasta la tierra de los filisteos y hasta el límite con Egipto; ellos trajeron tributo y sirvieron a Salomón todos los días de su vida.
22 La provisión de Salomón para un día era de treinta coros de flor de harina y sesenta coros de harina,
23 diez bueyes cebados, veinte bueyes de pasto y cien ovejas, sin contar los ciervos, gacelas, corzos y aves cebadas.
24 Porque él tenía señorío sobre todo el occidente del río, desde Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes al occidente del río; y tuvo paz por todos lados a su alrededor.
25 Y Judá e Israel vivieron seguros, cada uno bajo su parra y bajo su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón.
26 Salomón tenía cuarenta mil establos de caballos para sus carros y doce mil jinetes.
27 Y los gobernadores abastecían, cada uno un mes, al rey Salomón y a todos los que venían a la mesa del rey Salomón; no dejaban que faltara nada.
28 También llevaban, cada uno según su obligación, cebada y paja para los caballos de tiro y los corceles al lugar donde debieran estar.
29 Dios dio a Salomón sabiduría, gran discernimiento y amplitud de corazón como la arena que está a la orilla del mar.
30 Y la sabiduría de Salomón sobrepasó la sabiduría de todos los hijos del oriente y toda la sabiduría de Egipto.
31 Porque era más sabio que todos los hombres, más que Etán ezraíta, Hemán, Calcol y Darda, hijos de Mahol; y su fama fue conocida por todas las naciones de alrededor.
32 También pronunció tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco.
33 Disertó sobre los árboles, desde el cedro que está en el Líbano hasta el hisopo que crece en la pared; también habló de ganados, aves, reptiles y peces.
34 Y venían de todos los pueblos para oír la sabiduría de Salomón, de parte de todos los reyes de la tierra que habían oído de su sabiduría.
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