Jeremías 38:2

2 «Esto dice el Señor
: “Todo el que se quede en Jerusalén morirá por guerra, enfermedad o hambre, pero los que se rindan a los babilonios
vivirán. Su recompensa será su propia vida, ¡ellos vivirán!”.

Jeremías 38:2 Meaning and Commentary

Jeremiah 38:2

Thus saith the Lord, he that remaineth in this city
Of Jerusalem; that does not go out of it, and surrender himself to the Chaldeans; but continues in it fighting against them: shall die by the sword, by the famine, and by the pestilence;
that is, by one or other of these: but he that goeth forth to the Chaldeans shall live:
that goes out of the city, throws down his arms, delivers up himself to the Chaldean army, and submits to their mercy, shall have quarters given him, and his life shall be spared: for he shall have his life for a prey, and shall live;
or, "his soul, and it shall live" ^F14; comfortably and in safety; he shall escape with his life, and that shall be preserved from the sword, famine, and pestilence; and whereas it was, as it were, lost, it shall be recovered out of the jaws of death, out of the above calamities it was exposed to; and so be like a prey taken out of the hands of the mighty, and be quite safe.

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FOOTNOTES:

F14 (yxw llvl wvpn wl htyhw) "et erit illi anima ejus in praedam et vivet", Junius & Tremellius, Piscator, Cocceius, Schmidt.

Jeremías 38:2 In-Context

1 Jeremías en una cisterna
Entonces Sefatías, hijo de Matán; Gedalías, hijo de Pasur; Jehucal,
hijo de Selemías; y Pasur, hijo de Malquías, oyeron lo que Jeremías le decía al pueblo:

2 «Esto dice el Señor
: “Todo el que se quede en Jerusalén morirá por guerra, enfermedad o hambre, pero los que se rindan a los babilonios
vivirán. Su recompensa será su propia vida, ¡ellos vivirán!”.

3 El Señor
también dice: “La ciudad de Jerusalén ciertamente será entregada al ejército del rey de Babilonia, quien la conquistará”».

4 Entonces los funcionarios fueron a ver al rey y le dijeron:
—Señor, ¡este hombre debe morir! Esta forma de hablar desmoralizará a los pocos hombres de guerra que nos quedan, al igual que a todo el pueblo. ¡Este hombre es un traidor!

5 El rey Sedequías estuvo de acuerdo.
—Está bien —dijo—, hagan lo que quieran. No los puedo detener.