2
Luego, lo ataron, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador romano.
3
Cuando Judas, quien lo habĂa traicionado, se dio cuenta de que habĂan condenado a muerte a JesĂşs, se llenĂł de remordimiento. AsĂ que devolviĂł las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos.
5
Entonces Judas tirĂł las monedas de plata en el templo, saliĂł y se ahorcĂł.
6
Los principales sacerdotes recogieron las monedas. «No serĂa correcto poner este dinero en el tesoro del templo —dijeron—, ya que se usĂł para pagar un asesinato ».
7
Luego de discutir unos instantes, finalmente decidieron comprar el campo del alfarero y convertirlo en un cementerio para extranjeros.