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Esta es la manera en que sabremos si tienen o no el EspĂritu de Dios: si una persona que afirma ser profeta reconoce que Jesucristo vino en un cuerpo humano, esa persona tiene el EspĂritu de Dios;
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pero si alguien afirma ser profeta y no reconoce la verdad acerca de JesĂşs, aquella persona no es de Dios. Tal persona tiene el espĂritu del Anticristo, del cual ustedes oyeron que viene al mundo, y de hecho, ya está aquĂ.