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Pedro tom贸 la palabra, y dijo:鈥擜hora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos,
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sino que en toda naci贸n 茅l ve con agrado a los que le temen y act煤an con justicia.
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Dios envi贸 su mensaje al pueblo de Israel, anunciando las buenas nuevas de la paz por medio de Jesucristo, que es el Se帽or de todos.
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Ustedes conocen este mensaje que se difundi贸 por toda Judea, comenzando desde Galilea, despu茅s del bautismo que predic贸 Juan.
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Me refiero a Jes煤s de Nazaret: c贸mo lo ungi贸 Dios con el Esp铆ritu Santo y con poder, y c贸mo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con 茅l.
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Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los jud铆os y en Jerusal茅n. Lo mataron, colg谩ndolo de un madero,
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pero Dios lo resucit贸 al tercer d铆a y dispuso que se apareciera,
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no a todo el pueblo, sino a nosotros, testigos previamente escogidos por Dios, que comimos y bebimos con 茅l despu茅s de su resurrecci贸n.
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脡l nos mand贸 a predicar al pueblo y a dar solemne testimonio de que ha sido nombrado por Dios como juez de vivos y muertos.
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De 茅l dan testimonio todos los profetas, que todo el que cree en 茅l recibe, por medio de su nombre, el perd贸n de los pecados.