10
            
Se fue pues por otro camino, y no volvió por el camino por donde había venido a Bet-el.
      
 
      
            
              11
            
Y moraba en Bet-el un viejo profeta, al cual vino su hijo, y le contó todo lo que el varón de Dios había hecho aquel día en Bet-el; y contaron también a su padre las palabras que había hablado al rey.
      
 
      
            
              12
            
Y su padre les dijo: ¿Por qué camino fue? Y sus hijos le mostraron el camino por donde se había tornado el varón de Dios, que había venido de Judá.
      
 
      
            
              13
            
Y él dijo a sus hijos: Ensilladme el asno. Y ellos le ensillaron el asno, y subió en él.
      
 
      
            
              14
            
Y yendo tras el varón de Dios, le halló que estaba sentado debajo de un alcornoque; y le dijo: ¿Eres tú el varón de Dios que viniste de Judá? Y él dijo: Yo 
soy .
      
 
      
            
              15
            
Le dijo 
entonces : Ven conmigo a casa, y come del pan.
      
 
      
            
              16
            
Mas él respondió: No podré volver contigo, ni iré contigo; ni tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar;
      
 
      
            
              17
            
porque por palabra de Dios me ha sido dicho: No comas pan ni bebas agua allí, ni vuelvas por el camino que fueres.
      
 
      
            
              18
            
Y el 
otro  le dijo: Yo también soy profeta como tú, y 
un  ángel me ha hablado por palabra del SEÑOR, diciendo: Vuélvele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua. 
Pero  le mintió.
      
 
      
            
              19
            
Entonces volvió con él, y comió del pan en su casa, y bebió del agua.
      
 
      
            
              20
            
Y aconteció que, estando ellos a la mesa, vino palabra del SEÑOR al profeta que le había hecho volver;
      
 
      
            
              21
            
y clamó al varón de Dios que había venido de Judá, diciendo: Así dijo el SEÑOR: Por cuanto has sido rebelde al dicho del SEÑOR, y no guardaste el mandamiento que el SEÑOR tu Dios te había mandado,
      
 
      
            
              22
            
sino que volviste, y comiste del pan y bebiste del agua en el lugar donde el SEÑOR te había dicho, que ni comieses pan, ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres.
      
 
      
            
              23
            
Y cuando había comido del pan, y bebido, el profeta que le había hecho volver le ensilló un asno;
      
 
      
            
              24
            
y yéndose, le topó un león en el camino, y le mató; y su cuerpo estaba echado en el camino, y el asno estaba junto a él, y el león también estaba junto al cuerpo.
      
 
      
            
              25
            
Y he aquí unos que pasaban, y vieron el cuerpo que estaba echado en el camino, y el león que estaba junto al cuerpo; y vinieron, y lo dijeron en la ciudad donde el viejo profeta habitaba.