Jeremías 30:17-24

17 Te devolveré la salud
y sanaré tus heridas —dice el Señor
—,
aunque te llamen desechada, es decir,
“Jerusalén,
de quien nadie se interesa”».

18 Esto dice el Señor
:
«Cuando del cautiverio traiga a Israel de regreso a casa
y cuando restablezca su bienestar,
Jerusalén será reedificada sobre sus ruinas
y el palacio reconstruido como antes.

19 Habrá alegría y canciones de acción de gracias,
y multiplicaré a mi pueblo, no lo reduciré;
lo honraré, no lo despreciaré.

20 Sus hijos prosperarán como en el pasado.
Los estableceré como una nación delante de mí,
y castigaré a cualquiera que les haga daño.

21 Volverán a tener su propio gobernante,
quien surgirá de entre ellos mismos.
Lo invitaré a que se acerque a mí —dice el Señor
—,
porque ¿quién se atrevería a acercarse sin ser invitado?

22 Ustedes serán mi pueblo
y yo seré su Dios».

23 ¡Miren! El enojo del Señor
estalla como una tormenta,
un viento devastador que se arremolina sobre las cabezas de los perversos.

24 La ira feroz del Señor
no disminuirá
hasta que haya terminado con todo lo que él tiene pensado.
En los días futuros
ustedes entenderán todo esto.

Jeremías 30:17-24 Meaning and Commentary

INTRODUCTION TO JEREMIAH 30

This chapter contains a prophecy of the call and conversion of the Jews in the latter day; which being a matter of moment and importance, and that it might continue, and be read hereafter, it is ordered to be written in a book, Jer 30:1,2; the thing itself is expressed by a return from captivity to their own land, Jer 30:3; but previous to this there would be most dreadful times, as never were the like, Jer 30:4-7; yet there would be a deliverance from them, and from the yoke of the oppressor; when the Jews should serve the Lord God, and the true Messiah, Jer 30:8,9; of which deliverance and salvation they are assured in the strongest terms, though all other nations should be made an end of, among whom they were, Jer 30:10,11; and though their ease might seem to be desperate, Jer 30:12-17; nevertheless they should be brought into a very comfortable and happy estate; their city rebuilt; their offspring increased; and religious worship established; and, above all, the Messiah should be made known to them as their King and Priest, and they appear to be the Lord's covenant people, Jer 30:18-22; and the chapter is concluded with threatening utter destruction to the wicked, Jer 30:23,24.