Mateo 26:14-75; Mateo 27

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Mateo 26:14-75

14 Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los príncipes de los sacerdotes
15 y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le señalaron treinta piezas de plata
16 Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle
17 Y el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que aderecemos para ti para comer la Pascua
18 Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa haré la Pascua con mis discípulos
19 Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y aderezaron la Pascua
20 Y como fue la tarde del día, se sentó a la mesa con los doce
21 Y comiendo ellos, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar
22 Y entristecidos ellos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor
23 Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ese me ha de entregar
24 A la verdad el Hijo del hombre va, como está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre es entregado! Bueno le fuera al tal hombre no haber nacido
25 Entonces respondiendo Judas, que le entregaba, dijo: ¿Por ventura soy yo, Maestro? Le dice: Tú lo has dicho
26 Y comiendo ellos, tomó Jesús el pan, y habiendo dado gracias, lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed. Esto es mi cuerpo
27 Y tomando el vaso, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de él todos
28 porque esto es mi sangre del Nuevo Testamento, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados
29 Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo tengo que beber nuevo con vosotros en el Reino de mi Padre
30 Y habiendo cantado un himno, salieron al monte de las Olivas
31 Entonces Jesús les dice: Todos vosotros seréis escandalizados en mí esta noche; porque escrito está: Heriré al Pastor, y las ovejas de la manada serán dispersas
32 Mas después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea
33 Y respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos sean escandalizados en ti, yo nunca seré escandalizado
34 Jesús le dice: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces
35 Le dice Pedro: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo
36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, hasta que vaya allí y ore
37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera
38 Entonces Jesús les dice: Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo
39 Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando, y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí este vaso; pero no como yo quiero, sino como tú
40 Y vino a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así no habéis podido velar conmigo una hora
41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está presto, mas la carne débil
42 Otra vez fue, segunda vez, y oró diciendo: Padre mío, si no puede este vaso pasar de mí sin que yo lo beba, hágase tu voluntad
43 Y vino, y los halló otra vez durmiendo; porque los ojos de ellos estaban agravados
44 Y dejándolos se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras
45 Entonces vino a sus discípulos y les dice: Dormid ya, y descansad; he aquí ha llegado la hora, y el Hijo del hombre es entregado en manos de pecadores
46 Levantaos, vamos; he aquí ha llegado el que me ha entregado
47 Y hablando aún él, he aquí Judas, uno de los doce, vino, y con él muchas personas con espadas y bastones, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los ancianos del pueblo
48 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, aquel es; prendedle
49 Y luego que llegó a Jesús, dijo: Hallas gozo, Maestro. Y le besó
50 Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces llegaron, y echaron mano a Jesús, y le prendieron
51 Y he aquí, uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó una oreja
52 Entonces Jesús le dice: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomaren espada, a espada perecerán
53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y él me daría más de doce legiones de ángeles
54 ¿Cómo, pues, se cumplirían las Escrituras, de que así tiene que ser
55 En aquella hora dijo Jesús a la multitud: ¿Como a ladrón habéis salido con espadas y con bastones a prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el Templo, y no me prendisteis
56 Mas todo esto se hace, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos huyeron, dejándole
57 Y ellos, prendieron a Jesús, y le llevaron a Caifás sumo sacerdote, donde los escribas y los ancianos estaban juntos
58 Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, estaba sentado con los criados, para ver el fin
59 Y los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos, y todo el consejo, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte
60 y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se llegaban, aun no lo hallaron; mas a la postre vinieron dos testigos falsos
61 que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el Templo de Dios, y en tres días reedificarlo
62 Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti
63 Mas Jesús callaba. Respondiendo el sumo sacerdote, le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, Hijo de Dios
64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al Hijo del hombre sentado a la diestra de la potencia, y que viene en las nubes del cielo
65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestidos, diciendo: Ha blasfemado; ¿qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia
66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: Culpado es de muerte
67 Entonces le escupieron en su rostro, y le dieron de bofetadas; y otros le herían con las varas
68 diciendo: Profetízanos, oh Cristo, quién es el que te ha herido
69 Y Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se llegó a él una criada, diciendo: Y tú con Jesús el Galileo estabas
70 Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices
71 Y saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús Nazareno
72 Y negó otra vez con juramento: No conozco al hombre
73 Y un poco después llegaron los que estaban por allí, y dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu habla te hace manifiesto
74 Entonces comenzó a imprecarse, y a jurar, diciendo: No conozco al hombre. Y un gallo cantó luego
75 Y se acordó Pedro de las palabras de Jesús, que le dijo: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente

Título en Inglés – The Jubilee Bible

(De las Escrituras de La Reforma)

Editado por: Russell M. Stendal

Jubilee Bible 2000 – Russell Martin Stendal

© 2000, 2001, 2010

Mateo 27

1 Y venida la mañana, entraron en consejo todos los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos del pueblo, contra Jesús, para entregarle a muerte
2 Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, presidente
3 Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los príncipes de los sacerdotes y a los ancianos
4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué se nos da a nosotros? Tú lo verás
5 Y arrojando las piezas de plata al Templo, salió y fue y se ahorcó
6 Y los príncipes de los sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el arca de la limosna, porque es precio de sangre
7 Mas habido consejo, compraron con ellas el campo del alfarero, por sepultura para los extranjeros
8 Por lo cual fue llamado aquel campo, Acéldama: Campo de sangre, hasta el día de hoy
9 Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, que dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, que fue apreciado por los hijos de Israel
10 y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor
11 Y Jesús estuvo delante del gobernador; y el gobernador le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices
12 Y siendo acusado por los príncipes de los sacerdotes, y por los ancianos, nada respondió
13 Pilato entonces le dice: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti
14 Y no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho
15 Y en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, cual quisieran
16 Y tenían entonces un preso famoso que se llamaba Barrabás
17 Y juntos ellos, les dijo Pilato: ¿Cuál queréis que os suelte? ¿A Barrabás o a Jesús que se dice Cristo
18 Porque sabía que por envidia le habían entregado
19 Y estando él sentado en el tribunal, su mujer envió a él, diciendo: No tengas que ver con aquel justo; porque hoy he padecido muchas cosas en sueños por causa de él
20 Mas los príncipes de los sacerdotes y los ancianos, persuadieron al pueblo que pidiera a Barrabás, y a Jesús matara
21 Y respondiendo el gobernador les dijo: ¿Cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: a Barrabás
22 Pilato les dijo: ¿Qué pues haré de Jesús que se dice el Cristo? Le dicen todos: Sea colgado en un madero
23 Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Mas ellos gritaban más, diciendo: Sea colgado en un madero
24 Y viendo Pilato que nada adelantaba, antes se hacía más alboroto, tomando agua se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros
25 Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos
26 Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser colgado en un madero
27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y juntaron a él toda la cuadrilla
28 y desnudándole, le echaron encima un manto de grana
29 y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le burlaban, diciendo: ¡Hallas gozo, rey de los Judíos
30 Y escupiendo en él, tomaban la caña, y le herían en su cabeza
31 Y después que le hubieron escarnecido, le desnudaron el manto, y le vistieron de sus vestidos, y le llevaron para colgarle en el madero
32 Y saliendo, hallaron a un cireneo, que se llamaba Simón; a éste obligaron para que llevara su madero
33 Y como llegaron al lugar que se llamaba Gólgota, que es dicho: El lugar de la calavera
34 le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; y gustándolo, no quiso beberlo
35 Y después que le hubieron colgado del madero, repartieron sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliera lo que fue dicho por el profeta: Se repartieron mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes
36 Y sentados le guardaban allí
37 Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS EL REY DE LOS JUDÍOS
38 Entonces colgaron en maderos con él dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda
39 Y los que pasaban, le decían injurias, meneando sus cabezas
40 y diciendo: Tú, el que derribas el Templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo. Si eres Hijo de Dios, desciende del madero
41 De esta manera también los príncipes de los sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los ancianos, decían
42 A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora del madero, y creeremos a él
43 Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios
44 Lo mismo también le injuriaban los ladrones que estaban colgados en maderos con él
45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena
46 Y cerca de la hora novena, Jesús exclamó con gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado
47 Y algunos de los que estaban allí, oyéndolo, decían: A Elías llama éste
48 Y luego, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le daba de beber
49 Y los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle
50 Mas Jesús, habiendo otra vez exclamado con gran voz, dio el Espíritu
51 Y he aquí, el velo del Templo se rompió en dos, de alto a bajo; y la tierra tembló, y las piedras se hendieron
52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron
53 y salidos de los sepulcros, después de su resurrección, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos
54 Y el centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, diciendo: Verdaderamente Hijo de Dios era éste
55 Y estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido de Galilea a Jesús, sirviéndole
56 entre las cuales estaban María Magdalena, y María de Jacobo, y la madre de José, y la madre de los hijos de Zebedeo
57 Cuando llegó la tarde del día, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, el cual también había sido discípulo de Jesús
58 Este llegó a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diera el cuerpo
59 Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia
60 y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y revuelta una grande piedra a la puerta del sepulcro, se fue
61 Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro
62 Y el siguiente día, que es el segundo día de la preparación, se juntaron los príncipes de los sacerdotes y los fariseos a Pilato
63 diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después del tercer día resucitaré
64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el día tercero; para que no vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de los muertos. Y será el postrer error peor que el primero
65 Y Pilato les dijo: Tenéis la guardia: id, aseguradlo como sabéis
66 Y yendo ellos, aseguraron el sepulcro con guardia, sellando la piedra

Título en Inglés – The Jubilee Bible

(De las Escrituras de La Reforma)

Editado por: Russell M. Stendal

Jubilee Bible 2000 – Russell Martin Stendal

© 2000, 2001, 2010