Apocalipsis 18:19

19 Y llorarán y echarán tierra sobre su cabeza para mostrar su dolor y clamarán:
«¡Qué terrible, qué terrible para esa gran ciudad!
Los dueños de barcos se hicieron ricos
transportando por los mares la gran riqueza de ella.
En un solo instante, se esfumó todo».

Apocalipsis 18:19 Meaning and Commentary

Revelation 18:19

And they cast dust on their heads
As the seafaring men on account of Tyre, ( Ezekiel 27:30 ) this was a gesture used in mourning when persons were in afflicted and distressed circumstances, denoting disorder, confusion, and debasement; see ( Joshua 7:6 ) ( Job 2:12 )

and cried, weeping and wailing, saying, alas, alas! that great city;
as in ( Revelation 18:10 Revelation 18:16 ) so it was once, though now in flames:

wherein were made rich all that had ships in the sea;
not only the merchants of the earth, as in ( Revelation 18:3 ) the cardinals, archbishops, and bishops, but the governors of religious houses; these accumulated great wealth to themselves, and got the best of lands into their possession for the use and support of their abbeys and monasteries:

by reason of her costliness;
or costly things; pardons, indulgences, absolution, saying Mass, and praying souls out of purgatory, all which are costly, and hereby these traders have been enriched; and now the remembrance of these things, of which they will be deprived, will affect and grieve them, as well as the suddenness of Rome's ruin:

for in one hour is she made desolate;
her judgment come, and her riches come to nought, ( Revelation 18:10 Revelation 18:17 ) .

Apocalipsis 18:19 In-Context

17 ¡En un solo instante,
toda la riqueza de la ciudad se esfumó!».
Y todos los capitanes de los barcos mercantes y los pasajeros, los marineros y las tripulaciones se mantendrán a distancia.

18 Todos clamarán cuando vean subir el humo y dirán: «¿Dónde habrá una ciudad de tanta grandeza como esta?».

19 Y llorarán y echarán tierra sobre su cabeza para mostrar su dolor y clamarán:
«¡Qué terrible, qué terrible para esa gran ciudad!
Los dueños de barcos se hicieron ricos
transportando por los mares la gran riqueza de ella.
En un solo instante, se esfumó todo».

20 ¡Oh cielo, alégrate del destino de ella,
y también ustedes pueblo de Dios, apóstoles y profetas!
Pues al fin Dios la ha juzgado
por amor a ustedes.

21 Luego un ángel poderoso levantó una roca inmensa del tamaño de una gran piedra de molino, la lanzó al mar y gritó:
«Así es como la gran ciudad de Babilonia
será derribada con violencia
y nunca más se encontrará.