5
Entonces Esdras se puso de pie y exigió que los jefes de los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo de Israel juraran que harÃan lo que dijo SecanÃas. Asà que todos hicieron un juramento solemne.
6
Luego Esdras se retiró de la parte delantera del templo de Dios y fue a la habitación de Johanán, hijo de Eliasib. Pasó la noche
allà sin comer ni beber nada. SeguÃa en duelo a causa de la infidelidad de los que habÃan regresado del destierro.
7
Luego se proclamó por todo el territorio de Judá y en Jerusalén que todos los desterrados debÃan presentarse en Jerusalén.
8
Si los jefes y los ancianos asà lo decidÃan, los que no acudieran en el plazo de tres dÃas perderÃan el derecho a todas sus propiedades y serÃan expulsados de la asamblea de los desterrados.
9
En el plazo de tres dÃas, todo el pueblo de Judá y de BenjamÃn se reunió en Jerusalén. La asamblea tuvo lugar el 19 de diciembre,
y todos los israelitas estaban sentados en la plaza, frente al templo de Dios. Temblaban por la seriedad del asunto y también porque estaba lloviendo.
10
Entonces Esdras, el sacerdote, se puso de pie y les dijo:
—Ustedes han cometido un pecado terrible; al casarse con mujeres paganas, han aumentado la culpa de Israel.
11
Por lo tanto, confiesen ahora su pecado al Señor
, Dios de sus antepasados, y hagan lo que él exige. Apártense de los habitantes de esta tierra y sepárense de esas mujeres paganas.
12
Entonces toda la asamblea levantó la voz y respondió:
—¡SÃ, tienes razón; debemos hacer lo que tú dices!
13
Luego agregaron:
—No es algo que pueda resolverse en uno o dos dÃas, porque muchos de nosotros estamos implicados en este asunto sumamente pecaminoso. Además, estamos en temporada de lluvias, asà que no podemos quedarnos aquà afuera mucho más tiempo.
14
Que nuestros lÃderes actúen en nombre de todos nosotros. Que todo el que tenga una esposa pagana venga a una determinada hora, acompañado por los lÃderes y jueces de su ciudad, para que la ira feroz de nuestro Dios por este asunto se aleje de nosotros.
15
Los únicos que se opusieron a estas medidas fueron Jonatán, hijo de Asael, y JahazÃas, hijo de Ticva, ambos respaldados por Mesulam y el levita Sabetai.