8
Al otro dĂa, cuando los filisteos llegaron para despojar a los cadáveres, encontraron muertos a SaĂşl y a sus hijos en el monte Guilboa.
9
Lo despojaron, tomaron su cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por todo el paĂs filisteo para que proclamaran la noticia a sus Ădolos y al pueblo.