9
Pero a los israelitas Salomón no los hizo trabajar como esclavos, sino que le servían como soldados, comandantes, oficiales de carros de combate y jefes de caballería.
7
A los descendientes de los pueblos no israelitas (es decir, a los hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, pueblos que quedaron en el país porque los israelitas no pudieron destruirlos), Salomón los sometió a trabajos forzados, y así continúan hasta el día de hoy.
9
Pero a los israelitas Salomón no los hizo trabajar como esclavos, sino que le servían como soldados, comandantes, oficiales de carros de combate y jefes de caballería.
10
El rey Salomón tenía además doscientos cincuenta capataces que supervisaban a los obreros.
11
A la hija del faraón, Salomón la trasladó de la Ciudad de David al palacio que le había construido, pues dijo: «Mi esposa no debe vivir en el palacio de David, rey de Israel, porque los lugares donde ha estado el arca del SEÑOR son sagrados».