2 Reyes 5:7

7 Al leer la carta, el rey de Israel se rasgó las vestiduras y exclamó: «¿Y acaso soy Dios, capaz de dar vida o muerte, para que ese tipo me pida sanar a un leproso? ¡Fíjense bien que me está buscando pleito!»

2 Reyes 5:7 Meaning and Commentary

2 Kings 5:7

And it came to pass, when the king of Israel had read the
letter, that he rent his clothes
As one in great distress, being thrown into perplexity of mind by it, not knowing what to do; or, as some think, at the blasphemy he supposed to be in it, requiring that of him which only God could do:

and said, am I God, to kill and to make alive;
or have the power of life and death, which only belongs to the Supreme Being:

that this man doth send unto me to recover a man of his leprosy;
for a leper was reckoned as one dead, his disease incurable, his flesh upon him being mortified by it, see ( Numbers 12:12 ) and therefore not supposed to be in the power of man, only of God, to cure; and therefore, in Israel, none had anything to do with the leper but the priest, in the name of God:

wherefore consider, I pray you, and see how he seeketh a quarrel
against me;
to pick a quarrel with him, in order to go to war with him as he supposed. This seems to have been spoken to his lords and courtiers about him.

2 Reyes 5:7 In-Context

5 El rey de Siria le respondió:—Bien, puedes ir; yo le mandaré una carta al rey de Israel.Y así Naamán se fue, llevando treinta mil monedas de plata, seis mil monedas de oro y diez mudas de ropa.

6 La carta que le llevó al rey de Israel decía: «Cuando te llegue esta carta, verás que el portador es Naamán, uno de mis oficiales. Te lo envío para que lo sanes de su lepra».

7 Al leer la carta, el rey de Israel se rasgó las vestiduras y exclamó: «¿Y acaso soy Dios, capaz de dar vida o muerte, para que ese tipo me pida sanar a un leproso? ¡Fíjense bien que me está buscando pleito!»

8 Cuando Eliseo, hombre de Dios, se enteró de que el rey de Israel se había rasgado las vestiduras, le envió este mensaje: «¿Por qué está Su Majestad tan molesto? ¡Mándeme usted a ese hombre, para que sepa que hay profeta en Israel!»

9 Así que Naamán, con sus caballos y sus carros, fue a la casa de Eliseo y se detuvo ante la puerta.