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El rey le dijo:—No tienes que dar más explicaciones. Ya he decidido que tú y Siba se repartan las tierras.
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—Él puede quedarse con todo —le respondió Mefiboset—; a mí me basta con que mi señor el rey haya regresado a su palacio sano y salvo.
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También Barzilay el galaadita bajó al Jordán. Había viajado desde Roguelín para escoltar al rey cuando cruzara el río.
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Barzilay, que ya era un anciano de ochenta años, le había proporcionado al rey todo lo necesario durante su estadía en Majanayin, pues era muy rico.
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El rey le dijo:—Acompáñame. Quédate conmigo en Jerusalén, y yo me encargaré de todo lo que necesites.