2
Sucedió que hubo un terremoto violento, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra y se sentó sobre ella.
3
Su aspecto era como el de un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve.
6
No está aquĂ, pues ha resucitado, tal como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron.
7
Luego vayan pronto a decirles a sus discĂpulos: “Él se ha levantado de entre los muertos y va delante de ustedes a Galilea. AllĂ lo verán”. Ahora ya lo saben.