22
Así mismo, cuando se cumplió el tiempo en que, según la ley de Moisés, ellos debían purificarse, José y María llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor.
23
Así cumplieron con lo que en la ley del Señor está escrito: «Todo varón primogénito será consagrado[a] al Señor».[b]