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Estos yendo delante, nos esperaron en Troas.
      
 
      
            
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Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos y vinimos a ellos a Troas en cinco días, donde estuvimos siete días.
      
 
      
            
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Y el primero de los sábados, juntos los discípulos a partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de partir al día siguiente; y continuó la palabra hasta la medianoche.
      
 
      
            
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Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban juntos.
      
 
      
            
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Y un joven llamado Eutico que estaba sentado en una ventana, tomado de un sueño profundo, como Pablo predicaba largamente, postrado del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue alzado muerto.
      
 
      
            
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Entonces descendió Pablo, y se derribó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alborotéis, que aún su alma está en él.
      
 
      
            
              11
            
Después subiendo, y partiendo el pan, y gustando, habló largamente hasta el alba, y así salió.
      
 
      
            
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Y llevaron al joven vivo, y fueron consolados no poco.
      
 
      
            
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Y nosotros subiendo en el navío, navegamos a Asón, para recibir de allí a Pablo; pues así había determinado que debía él ir por tierra.
      
 
      
            
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Cuando se juntó con nosotros en Asón, tomándole vinimos a Mitilene.
      
 
      
            
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Y navegamos de allí, al día siguiente llegamos delante de Quío, y al otro día tomamos puerto en Samos; y habiendo reposado en Trogilio, al día siguiente llegamos a Mileto.