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Mas edificamos el muro, y toda la muralla fue junta hasta su mitad; y el pueblo tuvo ánimo para obrar.
      
 
      
            
              7
            
Y acaeció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, y los amonitas, y los de Asdod, que se había puesto remedio a los muros de Jerusalén, porque ya los portillos comenzaban a cerrarse, se encolerizaron mucho;
      
 
      
            
              8
            
y conspiraron todos a una para venir a combatir a Jerusalén, y a hacerle daño.
      
 
      
            
              9
            
Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda de día y de noche sobre los 
que edificaban .
      
 
      
            
              10
            
Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han enflaquecido, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.
      
 
      
            
              11
            
Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos, y los matemos, y hagamos cesar la obra.
      
 
      
            
              12
            
Pero sucedió, que cuando vinieron los judíos que habitaban entre ellos, nos dieron aviso diez veces de todos los lugares de donde volvían a nosotros.
      
 
      
            
              13
            
Entonces puse por los bajos del lugar, detrás del muro, en las alturas de los peñascos, puse el pueblo por familias con sus espadas, con sus lanzas, y con sus arcos.
      
 
      
            
              14
            
Después  miré, y me levanté, y dije a los principales y a los magistrados, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor grande y terrible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos  y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.
      
 
      
            
              15
            
Y sucedió que cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, Dios disipó el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su obra.