10
Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos.
11
El fariseo puesto en pie, oraba para sà de esta manera: "Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos.
12
"Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano."
13
Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no querÃa ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "Dios, ten piedad de mÃ, pecador."