7
Y dieron dinero a los carpinteros y oficiales;
asimismo comida y bebida, y aceite a los sidonios y tirios, para que trajeran madera de cedro del LĂbano al mar de Jope, conforme a la voluntad de Ciro rey de Persia sobre ellos
8
Y en el año segundo de su venida a la Casa de Dios en JerusalĂ©n, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, y JesĂşa hijo de Josadac, y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habĂan venido de la cautividad a JerusalĂ©n; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que tuvieran cargo de la obra de la Casa del SEĂ‘OR
9
Y estuvo Jesúa, sus hijos y sus hermanos, Cadmiel y sus hijos, hijos de Judá, como un
varĂłn para dar prisa a los que hacĂan la obra en la casa de Dios: los hijos de Henadad, sus hijos y sus hermanos, levitas
10
Y los albañiles del templo del SEÑOR echaron los cimientos; y pusieron a los sacerdotes vestidos
de sus ropas, con trompetas, y a los levitas hijos de Asaf con cĂmbalos, para que alabaran al SEĂ‘OR, segĂşn
la ordenanza de David rey de Israel
11
Y cantaban, alabando y confesando al SEÑOR,
y decĂan: Porque
es bueno, porque para siempre
es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo gritaba con gran grito, alabando al SEÑOR, porque la Casa del SEÑOR era acimentada
12
Y muchos de los sacerdotes y de los levitas y de las cabezas de los padres, viejos, que habĂan visto la casa primera, viendo fundar esta casa, lloraban en alta voz,
mientras muchos
otros daban grandes gritos de alegrĂa
13
Y el pueblo no podĂa discernir la voz del grito de alegrĂa, de la voz del lloro del pueblo; porque el pueblo gritaba con gran grito, y la voz se oĂa hasta lejos