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JesĂşs, el Cordero de Dios Al dĂa siguiente, Juan vio que JesĂşs se le acercaba y dijo: «¡Miren! ¡El Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
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Yo no sabĂa que era el MesĂas, pero cuando Dios me enviĂł a bautizar con agua, me dijo: “Aquel, sobre quien veas que el EspĂritu desciende y reposa, es el que bautizará con el EspĂritu Santo”.