19
»Los reyes de Canaán llegaron y pelearon en Taanac, cerca de los manantiales de Meguido, pero no se llevaron tesoros de plata.
20
Desde el cielo lucharon las estrellas; las estrellas en sus órbitas pelearon contra Sísara.
21
El río Cisón arrasó con ellos, ese antiguo torrente llamado Cisón. ¡Marcha hacia adelante con valor, alma mía!
22
Luego los cascos de los caballos martillaron el suelo: el galope resonante de los poderosos corceles de Sísara.
23
“Que sean malditos los habitantes de Meroz —dijo el ángel del Señor —. Que sean completamente malditos, porque no vinieron para ayudar al Señor , para ayudar al Señor contra los poderosos guerreros”.