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»Ustedes, los que son padres, si sus hijos les piden un pescado, ¿les dan una serpiente en su lugar?
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O si les piden un huevo, ¿les dan un escorpión? ¡Claro que no!
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Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan».
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Jesús y el príncipe de los demonios Cierto día, Jesús expulsó un demonio de un hombre que no podía hablar y, cuando el demonio salió, el hombre comenzó a hablar. Las multitudes quedaron asombradas,
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pero algunos dijeron: «Con razón puede expulsar demonios. Él recibe su poder de Satanás, el príncipe de los demonios».