32
»Asà que no se preocupe, pequeño rebaño. Pues al Padre le da mucha felicidad entregarles el reino.
33
»Vendan sus posesiones y den a los que pasan necesidad. ¡Eso almacenará tesoros para ustedes en el cielo! Y las bolsas celestiales nunca se ponen viejas ni se agujerean. El tesoro de ustedes estará seguro; ningún ladrón podrá robarlo y ninguna polilla, destruirlo.